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El asunto del Otaku

El disfrute real del anime parece ser de pocos. Se cultiva, puesto que el mundo de películas, series, ovas y mangas es enorme y mixto, y empezar con unos cuantos productos te puede llevar a un mundo variado de géneros.

Publicado: 2013-08-22

El otaku es un amante, y puede ser, también, un consumista. Por lo general, está asociado al consumo de productos culturales del mundo del anime y el manga japonés, y, como efecto implícito, puede llegar a asimilar códigos de (sub)culturas de origen japonés, así como del amerimanga.

De alguna manera u otra, el otaku reafirma su identidad con el consumo de anime; es un modo afirmativo, simbiótico y también creativo de su consumo-lectura: adjunta a su cuerpo colores, estampados en su ropa, lleva películas en su mochila o posters, o sus propios dibujos (miméticos de lo que disfruta), entre otras cosas; influye su vida cotidiana, empapa su entorno en la medida de lo posible con artículos o formas del arte anime. Se exotiza frente a lo hegemónico y, por consiguiente, común.


de este anime prácticamente se copió el rey leon de disney

Así como en toda subcultura en donde se reafirma lo que se sabe, existe el otaku que se respeta: Astroboy, Ozamu Tezuka, Hayao Miyazaki, Masamune Shirow, Saint Seiya, Dragon Ball, La tumba de las luciérnagas, Macross, Evangelion, Ataque de los Titanes, Katsuhiro Otomo, el significado de ciertas frases en japoneses, saber de la revista Sugoi, también quizá de Yada, gusto por la moda Cosplay, reuniones de proyección de animes, festivales otaku, centro comercial Arenales, conocimiento de géneros: hentai, shonen, seinen, saber la direccionalidad en que se lee un manga o en el japonés en general, quizá incluso saber del ukiyo-e, Utamaro, la influencia de Disney, Midori la niña de las camelias, Uritzokidoji ... es todo un debate en todo caso -quizá innecesario-, porque estamos en un contexto global, y los caminos del anime te pueden llevar hacia vías bastante diferenciadas a través de la Internet.


Los otakus están emparentados entre ellos por la apertura de su gusto (¿acaso delimitado?), a diferencia del hipster, el cual elitiza sus gustos y que se individualiza, se cierra; pese a ello, un otaku puede tener tendencias antisociales. Sin duda tienden a hacer comunidad, los une el amor a un arte específico -que es el anime-. Sus edades pueden variar, los hay jóvenes y adultos.

La subcultura otaku es totalmente distinta, por razones originarias y de desarrollo mercantil, en Japón que en el Perú, y que, por ejemplo, en Brasil, aun cuando la Internet conecte películas, mangas escaneados y traducidos, ovas (en Japón es un fenómeno de masas, y aquí en Perú es una subcultura anti- oficial y que se circunscribe a una singularidad). Algunos otakus pueden entender, desde ya, que quien escribe conoce parcialmente el contexto local de Lima.

Otaku es una denominación flexible. Nadie te inicia como otaku, y no carga con una actitud peyorativa. Quien escribe, sostiene que los otakus abren los ojos al anime porque saben apreciar un trazo delicioso, que permite hacer más claras las ilusiones y emociones representadas: prueba de ello son las casi formalizadas (y muy particulares) expresiones de tristeza, decepción, excitación, muerte, susto, incomprensión, fastidio; aunque esto ya es parte de una técnica en el género historieta que abarca mucho más, pero que sigue siendo popular -la tele en el Perú transmitió muchos dibujos de animes, y estos lograron ser muy populares, lo cual es manifestación del poder de llegada del anime-, accesible, efectista, sofistificación de lo raro-mítico y de lo violento.


misty de pokemón

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Agradezco las reflexiones al respecto, sobre los hipster y los otakus, que me compartió el filósofo José Garay.


Escrito por

Daniel Ávila

avilamonroydaniel@gmail.com


Publicado en

Redacción mulera

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