La reciente aprobación de una ley que prohíbe la "propaganda sobre relaciones sexuales no tradicionales" en Rusia, ha generado reacciones en otros países del orbe, la mayoría de condena hacia una política considerada claramente homofóbica.

La legisladora argentina María Rachid, Secretaria de la Mesa Nacional por la Igualdad, participó junto a la Federación LGBT de dicho país en una reunión en la Comisión Nacional para los Refugiados, que tuvo como objetivo el "proponer trabajar en conjunto respecto de la situación de las personas LGBT en los países en los que se criminaliza a la diversidad sexual".

En dicho encuentro "se abordó la situación de todos los países, incluyendo la realidad de Rusia, y la posibilidad de recibir a las personas LGBT de estos países que necesiten refugio en Argentina", con lo que dejó abierta la posibilidad de que los rusos pertenecientes a dicha comunidad y se encuentren amenazados en su país puedan viajar hasta el país sudamericano en busca de protección y respeto a sus derechos.

El 88% de los rusos apoya la ley del gobierno de Vladimir Putin a la propaganda gay, de acuerdo con un sondeo realizado por el Centro Ruso de Opinión Pública. Una encuesta realizada en abril por el Centro Levada indica que 35% de los rusos creen que la homosexualidad es una enfermedad y 43% considera que es un hábito malo, consecuencia de una mala crianza de los padres.

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