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El mes sagrado del Ramadán

Más de mil millones de musulmanes inician la fiesta más sagrada del Islam

Publicado: 2013-07-10

Lo practican más de 1,200 millones de musulmanes en todo el mundo. El mes sagrado del Ramadán ha comenzado hoy en la mayor parte del mundo islámico en un clima crispado por la crisis Egipcia y la guerra en Siria.  

La fiesta sagrada está marcada por la aparición de la luna nueva, que señala el inicio del noveno mes del calendario islámico, momento en el que, según la tradición, el profeta Mahoma empezó a recibir la revelación del Corán hace más de 1,400 años. 

Durante este mes los musulmanes deben practicar el "sawn", o ayuno, que es obligatorio y total –salvo para niños, ancianos, enfermos y embarazadas y lactantes- desde el amanecer hasta el ocaso. Tampoco se permite beber, fumar o mantener relaciones sexuales. El objetivo: purificar el cuerpo y la autodisciplina. Para soportar el día en estas duras condiciones, las familias celebran el "suhur", la última comida previa a la salida del sol, y al terminar del día se reúnen para el "iftar", la ruptura del ayuno. 

Pero más allá de la abstinencia, el Ramadán representa principalmente el mes de espiritualidad en el que se piensa en los pobres, se acude con mayor frecuencia a la mezquita y se busca la abstinencia de los malos pensamientos.

Es por ello que este mes sagrado es percibido como un momento apropiado para treguas y altos al fuego. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon ha hecho un llamamiento a la tregua en Siria durante el Ramadán. “Pido a toda unidad militar del Ejército regular y del [rebelde] Ejército Libre de Siria, a toda persona que empuñe un arma, que detenga la lucha y ofrezca este mes como regalo colectivo a su pueblo”, indicó. No es el único. El presidente afgano, Hamid Karzai, ha pedido a los talibanes que no ejecuten ataques durante el mes sagrado.

Sin embargo, la tensión en el mundo árabe se manifiesta también en esta fecha. Las diferencias políticas y doctrinales entre suníes –mayoría de la población musulmana mundial- y chiíes influyen incluso a la hora de fijar la fecha de inicio de la festividad. Por ejemplo, Líbano, Qatar, Libia o Yemen, lo empezarán el viernes.

Además, la tensa situación del mundo árabe podría jugar en contra de posibles treguas. No es extraño que en países que han estado inmersos en guerras o luchas sectarias, como el caso de Irak, la celebración del Ramadán haya incitado a veces la violencia. Y los hechos lo confirman: atentados de las distintas ramas de Al Qaeda -como por ejemplo en Argelia-, o en Siria, donde los mismos rebeldes que combaten contra el régimen de Damasco han prometido una ofensiva en pleno mes sagrado. 

Y es que el caso sirio resulta preocupante. Según la ONU, más de 90,000 personas han muerto desde el inicio del conflicto hace ya dos años. Hoy, el país está inmerso en una guerra civil que contagia al Líbano y no parece presentar  perspectivas de resolución a corto plazo. Además, países como Arabia Saudí y Qatar, abanderados de la ortodoxia suní, apoyan el reclutamiento de adeptos en todo el mundo musulmán para luchar contra el régimen de Al Assad del lado de los rebeldes sirios, mientras el grupo chií libanés Hezbolá combate ya en territorio sirio del lado de las tropas oficialistas. 

En Egipto tampoco pintan bien las cosas. Tras la masacre del lunes, que dejó al menos 50 muertos, los destronados Hermanos Musulmanes, movimiento suní,  ha advertido que defenderán con su vida si es necesario la legitimidad del depuesto presidente Mohamed Morsi. En ese sentido, el Ramadán podría ser utilizado como "un arma para alentar a los fieles a protestar y levantarse", según advirtió en TVE el profesor titular de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad Autónoma de Madrid, Ignacio Gutiérrez de Terán.

No son los únicos.Turquía también vivirá un Ramadán precedido de una gran agitación social por la deriva autoritaria del primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan.

Javier Otazu, jefe de la oficina de la agencia Efe en Marruecos, afirma que la unidad de la "umma" o nación islámica ya es poco más que un eslogan, con unos medios de comunicación que subrayan las discrepancias entre la mayoría suní y una minoría chií (algo más del 10%) concentrada entre Líbano y Pakistán.  

El panorama es alarmante ¿funcionarán los buenos deseos del mes sagrado no son efectivos?


Escrito por

Tamara Lasheras

Politóloga, amante de la música y el buen vino. Buscando formas distintas pero posibles de hacer las cosas.


Publicado en

Redacción mulera

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