Cuatro décadas antes de "La Fiesta del Chivo", en el seno del país novelado sometido (República Dominicana) y en secreto, se publicó "La Fiesta del Rey Acab"; novela predecesora y muy probable guía maestra de uno de los más prestigiosos productos de la pluma de Mario Vargas Llosa. ¿El responsable? Enrique Lafourcade, hoy bajo los cuidados de su esposa Rossana Pizarro, con 85 años y enfermo de Alzheimer. 

Es así que a fines de los años 50, a pedido de la Editorial del Pacífico, el impulsor de la generación literaria en su país de dicha década elaboró en clave de sátira un libro que imaginaba el último día del dictador, tres años después destinado a morir asesinado. Lafourcade tenía 32 años y escribía rápido: en un mes terminó "La fiesta del rey Acab" y ganó el Premio Municipal en 1959. Ahora, la novela se adentra en una inesperada segunda vida, una cuidada y amorosa segunda edición impulsada por el embajador de Chile, Pablo Maríñez, quien hiciera de puño y letra el prólogo. 

“La leí en Chile - declaró Maríñez - y me pareció sumamente interesante. Tenía un muy buena reconstrucción de la dictadura de Trujillo y fue escrita cuando él estaba vivo. Tuvo una función en la lucha por la democracia y fue la primera sobre el tema”, y con el impulso que le diera tan buena impresión, el año pasado el embajador viajó a República Dominicana, a tocarle la puerta al autor buscando el "sí", a propósito de la segunda edición tan ansiada. “Fue un visita muy amena. El está con sus problemas de senectud, pero aún guarda algo de su famosa picardía”, cuenta Maríñez. 

Precisamente los problemas de salud impedirán a Lafourcade participar en el homenaje que le rendirá la República Dominicana. El jueves 30 de mayo, a la 19.30 horas, Maríñez será el maestro de ceremonias de la entrega de una condecoración al escritor. En su ausencia, será su hija Nicole Lafourcade quien la recibirá. “Es una manera de agradecerle”, explica el embajador.

El secreto no era en vano, Lafourcade corrió algún riesgo al escribir la novela. Según contó el novelista, el director de Editorial del Pacífico, Alejandro Magnet, le propuso escribirla para que fuera distribuida entre los asistentes a la Conferencia Iberoamericana de Cancilleres, que se realizó en 1959 en Santiago. Era una denuncia: Lafourcade relató los abusos de Trujillo (a quien llama dictador Carrillo), a propósito de la desaparición de Jesús de Galíndez, profesor español que tras vivir 10 años en República Dominicana contó en EE.UU. la violencia del régimen.  

A sus 85 años, con Alzheimer, Enrique Lafourcade sigue siendo uno de tantos héroes de la denuncia política, y finalmente ha llegado el momento de reinvindicarlo. 

Fuente: Diario La Tercera