Las investigaciones de la Megacomisión sobre los supuestos actos de corrupción de la segunda gestión aprista han levantado polvo en las últimas semanas. Ya desde las primeras citaciones al ex presidente Alan García se pudo notar a incomodidad de este grupo político, sin embargo fue con la filtración de la investigación sobre los "narcoindultos" que esta tensión se convirtió en un enfrentamiento directo entre el oficialismo y el aprismo.

El silencio que tranquilamente había sostenido la oposición aprista hasta el momento se rompió con la salida a escena de los dirigentes apristas en defensa del líder indiscutible del partido y el único candidato electoralmente viable de la Estrella para el 2016. Incluso la congresista Luciana León se ha parado frente a una denuncia realmente importante sobre la política de la actual gestión en un tema polémico como la pesca. Pero quien ha marcado la cancha es el propio García quien ha salido a criticar al presidente por varios frentes débiles, generando respuestas poco agraciadas por parte de Humala.

El presidente, por ejemplo, aprovechó una actividad oficial en Ica para resaltar sus obras de infraestructura en pistas y veredas, así como en la atención de las demandas de títulos de propiedad, aprovechando la oportunidad para recordarle al aprismo la catástrofe económica de su primer gobierno.

"El pueblo peruano ha sufrido épocas de hiperinflación, épocas duras de acaparamiento de alimentos y cuando había que hacer colas para comprar leche, azúcar; y para que te vendan tenías que comprar otros artículos. Ese pasado oscuro quedó atrás", dijo.

Mientras tanto, García insisitió en concentrarse en su segundo mandato, y señaló que es el gobierno actual el que pretende iniciar "medidas estatistas" que solo son una "vuelta al primitivismo", en clara alución a las intenciones del gobierno sobre la refinería de La Pampilla y los grifos de Repsol. García señaló que el presidente trabaja en función de las las próximas elecciones, posición que criticó duramente e instó a que el gobernante se concentre en superar las obras dejadas por el aprismo antes que en continuar con su campaña.

La corrupción es otro punto clave de la disputa, puesto que Humala puede usar esa arma contra las dos fuerzas más importantes de la oposición. No es la primera vez que Humala recuerda que en algunos gobiernos anteriores la corrupción fue generalizada e incluso "se tiraban la plata y fugaban". Ollanta Humala sostiene desde que entró al gobierno que en su gestión la plata no terminará "en cuentas privadas o en instituciones corruptas, sino adonde fueron destinadas: colegios, hospitales, centros de emergencia y la reconstrucción".

Hasta hace poco este tipo de afirmaciones remitían al fujimorismo por el nivel de corrupción que se desarrolló en su gobierno, sin embargo este golpe también empieza a caerle al Apra tras el escándalo de los supuestos cobros para tramitar indultos a favor de operadores y miembros intermedios de organizaciones vinculadas al narcotráfico. La denuncia del congresista Abugattas sobre los vínculos de un importante sector del Ministerio Público con el Apra y el archivamiento de graves casos de corrupción dentro de la también ha sido dura para el partido de Haya de la Torre.

Sin embargo, uno de los temas para poner en aprietos al gobierno es la constante alusión a esto que el propio García ha llamado "reelección conyugal". "Después de los cinco años nos veremos. El juicio final le dicen, pero no me hagas el truco de quedarte", señaló el ex presidente en alusión a la primera dama Nadine Heredia. Aunque, habría que ver si, más allá de los medios, esta situación incomoda mucho al ciudadano.

Sin embargo, la Contraloría a anunciado una investigación sobre el uso de recursos públicos por parte de la primera dama. A esto se suma, como señala La República, la publicación de un decreto emitido por Humala apenas tres meses después de haber iniciado su gestión reveló que se dispuso "apoyar las actividades oficiales y/o protocolares, así como las vinculadas a los fines institucionales en las que participe la primera dama, en su calidad de cónyuge del presidente". Por lo que se habría creado la Dirección General de Bienestar y Acción Social (DGBAS) y lo ubicó como un órgano de línea en el despacho presidencial, por lo que la primera dama tendría recursos económicos y administrativos, lo que no ha caído bien en el Congreso.

Parlamentarios de diversas bancadas han criticado esta situación argumentando que las anteriores primeras damas han desarrollado importantes obras sociales en beneficio de los ciudadanos peruanos sin recurrir al uso de recursos del Estado, especialmente administrativos. Al respecto el presidente del Congreso, Víctor Isla, consideró "mezquinos" los cuestionamientos. "Las actividades de la primera dama son de respaldo al presidente. Eso tiene amparo legal", aseguró. Vale recordar que anteriormente han sido citados los directivos del Instituto de Radio y Televisión Peruana para que justifiquen la cobertura que realiza el canal del Estado, TVPerú, de las actividades de Nadine Heredia puesto que el total de horas dedicadas superarían a las del propio presidente del Consejo de Ministros.

Más allá de las conjeturas, llama la atención que se haya iniciado una saludable lógica de oposición. Como ha sostenido hace unos meses Steven Levitsky, no hay democracia sin oposición, y, aunque no se trate de una oposición partidaria sostenida, este escenario ayuda a que el gobierno ponga barbas en remojo y desarrolle (o continúe desarrollando, depende del analista) una mejor gestión sobre diferentes temas de la agenda nacional. Esa agenda que parece desempolvarse del infructífero debate sobre el indulto a Fujimori y que use como pretexto (ojalá) la cita a los ministros por Unasur y el viaje a Venezuela para debatir otros temas más importantes como los problemas de Qali Warma y las políticas de seguridad ciudadana.

“¿Dónde está la oposición? Partidos como el Apra y Perú Posible parecen activarse solo cuando su líder es candidato. Fuera de las épocas electorales funcionan más como escudos personales que como partidos de oposición. El fujimorismo es la fuerza opositora más grande, pero hace menos oposición de lo que muchos esperaban. Su objetivo principal sigue siendo la liberación de Alberto Fujimori, lo cual depende del gobierno.” señalaba Levitsky.

Con información de La República, RPP y LaMula.pe