La aparentemente infructuosa campaña por el indulto al expresidente Alberto Fujimori está trayendo cola al interior del fujimorismo. A los miembros de Fuerza Popular no les hizo gracia la crítica del excongresista naranja Carlos Raffo contra la carta que la lideresa, Keiko Fujimori, hiciera pública con el objetivo de contribuir con la causa fujimorista en el último tramo. Raffo dejó claro que considera que se está llevando adelante una campaña errónea, y que la ex candidata presidencial no ha puesto la energía necesaria en esta lucha.

Al respecto, las respuestas no se hicieron esperar por parte de los partidarios y militantes del fujimorismo, quienes le recomendaron a Raffo no opinar ni aconsejar a la candidata pues no pertenece a dicha agrupación. El congresista Héctor Becerril declaró que Raffo no no es parte de la familia, por lo que él no tiene por qué salir a pronunciarse, e incluso a afirmó que el excongresista quiere figurar y obtener protagonismo.

La propia Keiko Fujimori sostiene en su carta que el indulto ha sido utilizado por "entusiastas que dicen llamarse fujimoristas" que filtraron la fotos de su padre, enturbiando la demanda que ellos presentaron para lograr el indulto. Sin embargo, parece que, ante la inminente negativa a la petición, al interior del fujimorismo se perfilan posturas críticas a la estrategia, en la cual intervino el propio Carlos Raffo, quien a pesar de ser cercano a Alberto Fujimori, ya no cuenta con la venia de los hijos.

Iris Jave señala que en términos de comunicación política, la estrategia de victimización de Raffo por medio de las fotografías del expresidente, resultó siendo contraproducente, mientras que Luis Benavente sostiene que lo que parece suceder es que al interior del fujimorismo existe cierto nivel de disciplina partidaria que no afectaría a Carlos Raffo por no formar parte del mismo. Vale recordar que, a pesar de que un sector apoye el liderazgo de Kenji Fujimori para el 2016, la mayoría de la bancada fujimorista tiene como postura mantener a Keiko por su experiencia.

Fuente: La República