Bajo el sello de Calamubir editores,  Raún Mendoza acaba de publicar La invención del reino, libro que propone la búsqueda de la belleza, inventando un territorio que se levanta sobre la natruraleza como paraísos paralelos.

Raúl Mendoza Cánepa, quien llegó a tener un blog en La mula, y quien se considera a su vez  abogado de profesión, analista político y periodista, explora el ritmo de la palabra en cada verso. Su poesía apuesta por el sonoro crepitar de las sílabas y esa reminiscencia de la rima del siglo de Oro.

Allí están a su vez menciones a Fray Luis, San Juan, España. Mendoza apuesta por los versos cortos y con rima, explorando al mismo tiempo el viaje del yo poético sobre los espacios universales. El poemario, en efecto, está partido en tres secciones: celestiales, marinas y terrenales. Mendoza urde a través de estos espacios el recorrido poético de la conciencia, siempre en constante contacto con los elementos de la naturaleza.

Podría decirse que La invención del reino es a su vez la invención del reconocimiento del poeta sobre su entorno: crear con la palabra los escenarios de su viaje y a su vez la capacidad para la creación: la palabra es origen, y Mendoza es consciente de la magia de la poesía.

Es en la tercera parte, en la sección Terrenales, donde Mendoza explora con mayor fuerza el lado más sensible y sentimental del personaje. Cuando las situaciones se tornan más cotidianas, Mendoza logra combinar con mayor poder sus versos cortos y solitarios. La invención del reino es a su vez la invención de un viaje que, como en cualquier travesía, llega a un fin. Un fin que marca de todas formas la exploración del propio ser y de la naturaleza.