Llegó el día en que Nina aceptó en su cuenta de Facebook la solicitud de amistad de un extraño, quien, tal y como podría predecirse, se ganó su confianza, la sedujo, se hizo su pareja, y tras un mes intenso de mensajes recíprocos, se conocieron.

Nina fue dejada casi en el acto en una calle llena de prostitutas, y convencida de verse con de diez a quince hombres cada noche, por quince minutos de sexo, a treinta dólares por cliente, durante los siguientes cuatro años.

"Estaba muy enamorada de él, y me lavó el cerebro. Me hizo creer que era normal tener sexo por dinero", afirma ahora que, ya libre de cualquier red de captores proxenetas como aquella que la reclutó, intenta reconstruir su vida.

Fue el FBI el organismo que se encargó de ubicar y arrestar a Strom, así conocido el cabecilla de esta banda cuya principal estrategia consiste en la explotación de las redes sociales para atraer chicas e inducirlas poco a poco y con engaños al mundo de la prostitución.

En el caso de esta víctima -cuyo nombre verdadero no revelamos para este artículo- sus pasos fueron de uno a otro grupo de proxenetas, hasta que cayó en manos de un narcotraficantes que la obligó a bailar en clubes nocturnos y habitaciones de hotel. Además de las amenazas físicas, no escapaba por verguenza. "¿Cómo se lo iba a explicar a mi padre?", expresó.

Caso similar fue el de otra muchacha de 17 años, que tras llegar a un departamento conducida por su captor bajo el mismo mecanismo, fue obligada a sostener relaciones con 14 hombres a lo largo de toda la noche. Por estos encuentros, Strom recaudó mil dólares.

El FBI insta, en tanto las redes de proxenetas como esta abundan según sus investigaciones, a que los padres mantengan una vigilancia activa sobre la actividad de sus hijos en las redes sociales.

Fuente: CNN