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Una mirada al interior del Cirque du Soleil en Lima

Publicado: 2013-02-08

"He pasado toda mi vida viajando", dice Robert Mackenzie. Y no es sólo una expresión. El manager de Varekai, espectáculo de la mundialmente reconocida compañía Cirque du Soleil, cuenta que no ha vivido en ningún lado en más de 40 años. "La pregunta para mí es cuándo me dentendré y dónde viviré entonces".

Di un paseo al interior de las imponentes carpas del circo en el Jockey Club y tuve la suerte de conversar con Mackenzie, quien trabaja para la compañía desde hace dieciséis años.

Varekai, show que presentan desde el 17 de enero hasta el 24 de febrero, fue creado en el 2002. Está libremente inspirado en el mito griego de Ícaro, donde el personaje baja de los cielos al inicio del espectáculo y continúa su viaje por un bosque encantado. “No voy a contar cómo termina, deben ver el show”, bromea  luego de comentar brevemente su argumento.

EL CRECIMIENTO DE CIRQUE DU SOLEIL

Mackenzie habla de una “enorme expansión del Cirque du Soleil”. La compañía fue creciendo con los años, y surgieron nuevos espectáculos y destinos para presentarse. Esto fue posible gracias a que 10 años atrás, Daniel Lamar y Dominic Champagne dieron a la compañía una visión más empresarial. Varekai fue el primer show creado luego de este nuevo giro.

"Todos los espectáculos de la compañía siguen el mismo proceso de creación", comenta. Explica que primero se elige una fecha de estreno y a dos directores. Uno desarrolla el concepto y construye el espectáculo, y el otro busca a su equipo de creadores, que se encargarán de la iluminación, sonido, escenografía, coreografía, música, y otros factores involucrados. El proceso toma entre dos y tres años.

Al inicio, la compañía sólo viajaba dentro de Canadá. El primer salto fue a Estados Unidos, para luego probar en Europa y hace cinco años incursionó en Sudamérica. El objetivo ahora es buscar constantemente nuevos lugares para  presentar sus espectáculos.

De TOUR EN TOUR

“Creo que tienes que ser un tipo de persona muy particular para trabajar del modo en que nosotros lo hacemos", dice Mackenzie, tras subrayar que la compañía viaja 52 semanas al año. "Es realmente emocionante poder hacer el trabajo que amamos y a la vez visitar todos estos países. Conozco gente que ahorraría durante 50 semanas para viajar dos semanas a Lima de vacaciones. Nosotros, en cambio, venimos, trabajamos y vivimos aquí, junto a la gente local. Es muy especial”.

En el tour el objetivo del equipo es uno solo: poner el espectáculo en escena al final de la tarde, de manera que todas las energías se concentran en llevar a cabo esta meta. Mackenzie explica que hay mucho que hacer durante el día: alimentar a todos, revisar y dar mantenimiento a los equipos y seguir el cronograma artístico. Tienen incluso un colegio para los hijos de los artistas. “Somos una pequeña y ocupada ciudadela”, anota.

"Acabamos de incorporar a siete nuevos integrantes al show, y eso requiere de mucho ensayo”, nos cuenta. Esto se debe a que los performers no sólo ensayan para sus números de cinco minutos, sino también para todas las apariciones que hacen durante el espectáculo, según el planteamiento de las escenas.

La compañía llega a su destino un miércoles en la mañana y estrena el show el jueves de la semana siguiente. Son ocho días completos de trabajo para poner todo en marcha. Y al terminar la temporada, desarman al final de la función. Esta acaba un domingo a las 10:30 pm y el último contenedor sale de la ciudad el martes a las 2:30 pm. El circo se desarma en menos de dos días. Las temporadas en cada ciudad duran entre dos semanas y media y tres meses. No puede ser menos, por el enorme gasto que implica viajar.

DE PASO POR SUDAMÉRICA

Mackenzie asegura que no es una decisión arbitraria la de llevar un show a un país. "Es sobre todo una progresión natural", dice. Para la compañía el recorrido se fue dando y poco a poco los tour fueron adoptando un formato. El manager estima que cada ciudad debe recibir un show cada dos años.

Algunos espectáculos de la compañía están creados para un ambiente específico, como los que se pueden ver en Las Vegas o en Orlando. Son producciones muy distintas y tienen muchos más artistas en su elenco. "Sería imposible incluir a más en un tour, pues los costos serían impensables, por todos los pasajes y alojamientos que tenemos que cubrir", señala.

Mackenzie celebra que en Sudamérica "hay un calor especial. Antes de venir estuvimos en Asia, y allá es muy distinto, aplauden muy educadamente”. Opina que aquí todo se disfruta más. “La gente viene a ver Varekai y, sin saberlo, se convierte en parte del espectáculo. El público crea una energía que alimenta a los performers, hay una retroalimentación”.

EL STAFF

Incluyendo a los 55 artistas en escena, Varekai cuenta con 135 personas trabajando en el tour. Tiene un director que se ocupa del staff, su hospedaje, seguro de salud, transporte, sistema de pago y los servicios de atención, tales como personal en ventas y agentes de seguridad.

El área técnica cuenta con un productor, que se ocupa de todo lo relacionado con la logística del espectáculo: el escenario, las carpas, los generadores de energía, y finalmente desarmar el equipo para meterlo en contenedores y mandarlo por barco a la siguiente ciudad. Asimismo, cuenta con un director artístico, que se responsabiliza por la integridad del show, mantener la versión original que se creó hace 10 años. Y, por supuesto, los artistas, que provienen de más de 15 nacionalidades distintas.

Adicionalmente, la compañía contrata a aproximadamente 100 personas en cada ciudad, que se encargan de apoyar en backstage, cocinar para el staff local, vender bebidas, comida y merchandising al público y la seguridad en las funciones.

Sobre el escenario, la seguridad de los artistas es primordial. "Necesitamos que todo parezca de peligro mortal, porque esto es lo que la gente viene a ver", señala Mackenzie. Sin embargo, explica que se toman este aspecto muy en serio. Pese a que los accidentes ocurren, la compañía nunca ha tenido problemas por la frecuencia de lesiones.

En el show toman medidas adicionales, como crear actos extra. Si alguien se lastima, siempre tienen preparado un número adicional que pueden insertar en cualquier momento del espectáculo.  Además, la mayoría de sus números cuentan con 15 ó 16 personas que pueden cubrirse entre ellos, de manera que ningún artista lesionado se exponga.

AUDICIONES

"Siempre estamos abiertos a las audiciones", asegura el manager. "Hoy en día resulta mucho más fácil audicionar, por cómo han evolucionado las comunicaciones. Cualquiera puede, con un simple celular,  hacer un video de sí mismo y enviarlo a Montreal a nuestro área de casting". Mackenzie explica que la compañía contrata a sus artistas por un año, con la posibilidad de renovar contrato luego. "Algunos lo hacen, otros no. Así que estamos todo el tiempo buscando gente nueva", dice.

"En las ciudades más grandes como Londres, Nueva York y Sao Paulo hacemos audiciones. Para Quidam encontramos a cuatro nuevos integrantes en Brasil. Hay tanta cultura de circo en Sudamérica que es posible encontrar a mucha gente talentosa incluso en los semáforos", dice Mackenzie, fascinado.

Luego de este paso de Cirque du Soleil por Lima, sólo nos queda esperar a que, efectivamente, los recibamos una vez más dentro de dos años. Quizá por más tiempo y quién sabe, con la posibilidad de que los artistas circenses peruanos puedan incorporarse a esta gran compañía. "Algún día", secunda Robert Mackenzie.

Fotos: Oriana Lerner

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Escrito por

Daniela Lanzara

Egresada de la especialidad de Artes Escénicas de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Redactora de La Mula. Interés por el teatro, la música y el arte en general.


Publicado en

Redacción mulera

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