El origen del mundo (1866), espectacular y controvertido cuadro de Gustave Courbet (1819-1877) que muestra en primer plano un sexo femenino, sin velos ni disimulos, tiene ahora un rostro.

La revista francesa “Paris Match” publicó ayer el retrato que, se asume, hace parte de una misma pieza con el pubis más famoso de la historia del arte, exhibido en el Museo de Orsay, en París. Descubierto por un coleccionista anónimo en una tienda de antigüedades, el hallazgo es una pequeña tela de 41 por 33 centímetros, en la que aparece una joven con la cabeza reclinada hacia atrás.

Pese a carecer de firma, el retrato guarda las iniciales del artista camufladas y grabadas al revés en la oreja de la mujer: CG. Aunque el Museo de Orsay no ha realizado comentarios al respecto, la atribución de la pintura a Courbet ha sido realizada por el experto en pintura Jean-Jacques Fernier, autor del “catálogo razonado” de la obra de Courbet, quien durante dos años sometió la tela a análisis exhaustivo en un laboratorio con todas las condiciones para extraer los más precisos resultados.

Si bien en un principio se mostró resistente, Fernier parece ahora convencido de que el sexo pintado por Courbet y el rostro de la tela comprada por el coleccionista representaban dos partes del mismo cuadro. La mujer se llama Joanna Hiffernan, y es la modelo irlandesa del artista James Whistler y amante de Courbet.

Según Paris-Match, el cuadro comprado por el aficionado en 1.400 euros valdría ahora 40 millones de euros, gracias a este descubrimiento. Además, fue confirmado que el cuadro recién descubierto se pintó entre 1858 y 1869, y los cortes en los bordes de la obra hacen pensar que fue separado de una tela más grande, probablemente del original de una sola pieza.

El anónimo propietario del cuadro sostiene que el nuevo retrato y 'El origen del mundo' forman parte de un mismo estudio del pintor previo a Mujer con loro, otra pieza de contenido erótico firmada por Courbet que se exhibe en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York.

También se ha podido establecer que los pigmentos y el largo de las pinceladas utilizados en el retrato coinciden con la refinada paleta ambarina de Courbet, según 'Paris Match'. Estos muestran la vulva femenina en el punto focal del cuadro.

Fuente: clarin.com