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'El Cascajo': El humedal que revivió de la contaminación

Publicado: 2013-02-02

Cada 2 de febrero, el mundo celebra el Día de los Humedales. El Perú cuenta con 13 humedales reconocidos internacionalmente y otras que viven una situación de abandono. En Chancay, ‘El Cascajo’ destaca por haber 'resucitado' de la contaminación que ahogaba la biodiversidad propia de una albufera y que en la actualidad ya está recuperada al 80%.

Fotos y texto: Carmen Contreras.

Créditos: Infoandina - Condesan.

El pequeño distrito de Chancay, al norte de Lima, es conocido por el gran castillo construido en 1935 y por sus puertos pesqueros. Lo que pocos saben, es que en esta zona existe un humedal con más de mil aves migratorias procedentes de diferentes partes del mundo.

Al llegar a 'El Cascajo', que se encuentra relativamente cerca al mar, lo primero que se ve desde lejos es una franja blanca conformada por miles de aves. Para acercarse hay que pasar por un territorio hostil cubierto de una especie de lodo color grisáceo. En el camino, se cruza con rastros de lo que un día fue una chanchería y evidencias de que en algún otro momento fue un basural.

Una vez cerca, la gran bandada quita el aliento. Basta con asomarse y achinar un poco los ojos para percatarse del ecosistema que habita en la laguna. Aves majestuosas, garzas y aves guaneras son muestra de que a pesar del desgaste ecológico, aún es un lugar apto para estos animales.

Para entender la importancia de un humedal, es necesario visitar uno. Es ahí, en ese hábitat plano inundado por agua y rodeado de un ecosistema híbrido entre los acuáticos y terrestres, donde se percibe fácilmente sus aportes al planeta, como por ejemplo, ser filtrador natural de agua o cumplir como controlador de inundaciones.

No hay excusas para no conocerlos. El Lago Titicaca (Puno), la Reserva Nacional de Paracas (Ica), los Pantanos de Villa (Lima), los Manglares (Tumbes) son algunos de los humedales que el Perú alberga, y que al pertenecer el país a la Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional, llamada también Convenio de Ramsar, son considerados como tales.

Desafortunadamente, no se tiene una cifra exacta de la cantidad de ecosistemas que hay en territorio peruano. El último documento al respecto fue la Estrategia Nacional para la Conservación de Humedales, que se elaboró en 1996, cuya actualización ya está en desarrollo por el Ministerio del Ambiente (Minam). A pesar de ello, aún hay lugares en total abandono, como es el caso de El Cascajo.

Sobreviviente

Pero este humedal tiene una historia de ‘Cenicienta’. Durante aproximadamente 20 años, El Cascajo estuvo expuesto a factores contaminantes debido a sus antecedentes como criadero de chanchos. No fue sino hasta el 2010 que el Ph.D. peruano-japonés Marino Morikawa recibió la llamada de su padre en la que le contaba que El Cascajo iba a ser tapado y decidió enfrentarse voluntariamente al mayor obstáculo: la lechuga acuática, la cual perjudica directamente al agua del hábitat, usando como aliado a la nanotecnología.

Morikawa ha sido reconocido con el premio Ecoeficiencia promovido por Coca-Cola gracias a su proyecto 'Tratamiento y transferencia tecnológica para la recuperación del agua y conservación del medio ambiente en el humedal El Cascajo'. Los ecosistemas de esta albulfera son frágiles, por lo que el desorden ha causado grandes concentraciones de minerales. Además, la población ha sido afectada por las diferentes enfermedades a causa de la misma situación.

El tratamiento que usa Morikawa son diminutas burbujas, mil veces más pequeñas que las que podemos observar en una gaseosa. Al permanecer hasta 8 horas en el agua, éstas atraen bacterias y metales por la corriente estática que tiene, luego las nanoburbujas desaparecen y sueltan radicales libres, los cuales descomponen los virus. Este innovador proceso ha sido reconocido por la Comisión de Ciencia, Innovación y Tecnología del Congreso de la República.

No era la primera vez que alguien intentaba salvar esta albufera, años anteriores la alcaldía de este distrito se propuso descontaminarla al ver que promovía la delincuencia por ser un terreno baldío, pero ni técnicos, ni biólogos tuvieron éxito.

“Hay, hermanos, muchísimo que hacer”

El proceso de recuperación tiene un 80% de avance. El trabajo que inició Marino lo continúa más gente ahora. Día a día, bajo el sol y sobre el calor de la tierra, jóvenes lugareños destierran las plantas acuáticas que perjudican el agua recuperada.

Poco o nada valdrá el esfuerzo de la población si este espacio no es reconocido como Zona Reservada, un título que esperan obtener a través del Minam luego de enviar un documento con el pedido. De lo contrario, no habrá seguridad alrededor de la zona y chatarreros o delincuentes continuarán contaminando el humedal.

El Cascajo es un símbolo de lucha, una muestra de que nada en la naturaleza está totalmente perdido. Así como él, otros humedales podrían estar en total o parcial abandono. La situación de este espacio recuperado destaca gracias al buen uso de la nanotecnología y extrema voluntad de los pobladores en Chancay. Voluntad que cosecha la esperanza de que en algún momento, estará recuperado al cien por ciento.


Escrito por

Carmen Contreras

Estudiante de periodismo, redactora de lamula.pe, @carmenct_


Publicado en

Redacción mulera

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