Fidel Ríos, el hombre que no quiere ser alcalde, por Ricardo Uceda
¿Quién es Fidel Ríos Alarcón? Uno de los personajes de reparto en el thriller, y a veces tragicomedia, que está de moda este verano: la revocatoria. Ríos sería, un escenario, una especie de "alcalde de transición" no electo. Pero, ¿quién es Fidel Ríos más allá de ese personaje? Víctima de bullyin, canillita, revoltoso, militante, orgánico profesor de oratoria, nos cuenta Ricardo Uceda en un informe que vale la pena leer.
Pero esto de 'posible alcalde de Lima' es una exageración, en palabras del especialista en temas electorales Fernando Tuesta, quien llama la atención sobre la falta de discusión sobre las reglas de juego de este proceso y por qué Ríos no es un posible alcalde, sino en un escenario bastante complicado de realizar.
"En varios medios, como este reportaje de un experimentado Ricardo Uceda, se lo considera con gran posibilidad que sea alcalde. Por eso se lo busca y se quiere saber más de este futuro burgomaestre. En realidad, su posibilidad es mínima. Para que esta situación ocurra, se tendría que revocar a Susana Villarán y los 21 regidores de Fuerza Social. Es decir, el 100% de su lista. Sin embargo, conforme se va bajando en la cédula, la gente va dejando de votar, por lo que varios potenciales alcaldes, se salvarían (más de 2/3 de nulos y blancos anulan la elección, en este caso individual). Incluso, si revocan a SV y como máximo 12 regidores, de cualquier partido, el primero no revocado de FS, pasa a ser alcalde de Lima, hasta el fin del período. En el hipotético caso que revoquen a toda la lista de FS, ya se habría pasado el tercio del Concejo revocado, por lo que habría Nuevas Elecciones Municipales (NEM), pero tan solo para los casos de las autoridades revocadas. Solo en este caso, Ríos, sería alcalde, pero provisional y tan solo alrededor de 8 meses. Por eso es famoso y lo quieren entrevistar, cuando muchos anteriores que él, tienen más posibilidades." Indicó en una red social.
Sin embargo, como menciona el propio Uceda, lo más interesante de esta historia no es si Ríos se convierte no en el alcalde de Lima, gracias a la revocatoria. Su historia por sí misma le da una voz propia, esa misma que ha luchado por conseguir contra su propia naturaleza. Lo otro sería una cuestión de suerte, una reparación ante la injusticia de la que fue víctima al momento de postular como regidor de Fuerza Social donde algunos dirigentes de la coalición hicieron de la democracia interna, para variar, una broma de mal gusto. Como resalta Uceda, solo la suerte podría explicar que estos dirigentes, hoy acusados de corrupción, salgan de sus puestos y Ríos sea alcalde. Pero la suerte es lo último que importa en una historia como esta.
El hombre que no quiere ser alcalde
Por: Ricardo Uceda (INFOS)
El personaje que puede suceder a Susana Villarán si es revocada se llama Fidel Ríos Alarcón, tiene 63 años, y en algún momento se consideró el hombre más tímido del Perú. Sigue siendo tímido, pero ya no como antes: logró hacer cosas que requieren de una enorme seguridad en sí mismo. Consiguió por ejemplo convertirse en el más solicitado profesor de oratoria y liderazgo de Lima. Diríase del país. Cuesta creerlo porque su apariencia no trasmite ni la fuerza ni el carisma de un líder. Pesa 55 kilos, habla con un hilo de voz, es ligeramente gangoso. Además, le ha corrido a los medios desde que se hizo pública la posibilidad de que se convierta en un alcalde de transición. Los periodistas montan guardia en su casa de San Martín de Porres y en sus oficinas en Lima. Allí, el 24 de enero por la mañana, un periodista de un canal de televisión logró hacerse anunciar:
–No, no estoy –le dice Ríos. No declararé.
A continuación razona en voz alta:
–¿Sobre qué voy a declarar? ¿Sobre política municipal? Dirán que estoy en campaña, cuando la verdad es que yo no quiero ser alcalde. Quiero que siga Villarán. O dirán que soy comunista. En efecto, lo soy, pero eso va a asustar a mucha gente. La verdad, lo mejor es que no diga nada.
Ríos, que postuló para regidor en la lista de Fuerza Social con el número 22, es el que tiene más posibilidades de reemplazar a los revocados, si de verdad se van a su casa todos los que lo precedieron. Podría no ocurrir así –por ejemplo, al salvarse alguno de ellos– y Ríos volvería a su anonimato. Pero este cuarto de hora hasta el 17 de marzo, el día de la revocatoria, es lo que pone a Ríos en la luz pública.
Como se ha escondido, esta mañana ha sido una de las pocas veces que Ríos ha ido a la sede del Centro de Investigación y Psicología Aplicada Latinoamericana (CIPAL), que preside. Funciona en una vieja casona de dos pisos en el Paseo Colón, frente al local de Acción Popular, donde también atiende la Casa del Maestro. Decenas de personas de todas las edades se acercan a dos mesas de recepción para preguntar por los cursos, y por todas partes hay fotos de Fidel Ríos: en gigantografías, en libros, en las paredes. Pensándolo bien, este hombre no es interesante porque tal vez vaya a reemplazar a la alcaldesa. Es por la forma en que decidió luchar contra la timidez.
El sudor y el miedo
El propio Ríos ha contado en un descarnado video dirigido a sus alumnos el grado extremo de timidez que padecía cuando era joven. Una chica que vivía frente a su casa le simpatizaba, pero en vez de buscarla le huía, y cuando ella le hablaba se le trababa la lengua y le transpiraba el cuerpo. En el colegio no hablaba con nadie: tenía miedo a sus compañeros y a sus profesores. Jamás se atrevió a preguntar en el aula. Sin embargo, Ríos luchaba permanentemente contra eso. Para prevenir en bullying en el colegio estatal donde estudiaba se propuso aprender box. Así como cuesta aceptar que un hombre de su timidez pudiera enseñar liderazgo, es difícil creer que su cuerpo de pajarito le permitiera boxear de verdad. Desde los 14 hasta los 15 años fue tres veces por semana a entrenar a la Bombonera del Estadio Nacional. Un accidente lo sacó del deporte, pero cuando ya no era fácil agredirlo físicamente.
La política fue otro recurso. El hombre tímido se convirtió en uno de los cabecillas de la famosa toma del colegio Pedro Labarthe por sus alumnos, en 1968. Dirigentes estudiantiles de San Marcos iban a buscarlos para hacer causa común. Esto creó otro vínculo con compañeros suyos a quienes antes temía. Por entonces fue influido por Oscar Delgado, un muchacho que le hablaba de la Juventud Comunista y que desapareció en 1988, cuando era dirigente de los trabajadores aduaneros. Por otra parte, un profesor del Apra se refería constantemente a Haya de la Torre. Y Ríos admiraba al líder de los apristas. Iba a verlo hablar todos los años en el aniversario de su partido en la avenida Alfonso Ugarte. E iba también a la plaza Dos de Mayo, a escuchar los discursos de Isidoro Gamarra, el obrero de construcción civil que presidía la CGTP.
–Gamarra hablaba sin libreto, transmitiendo sus emociones –dice Ríos a sus alumnos para enfatizar la importancia del sentimiento en el discurso–. Yo he visto llorar a las obreras cuando él llegaba a su corazón.
Gamarra influyó en su decisión de aproximarse a la CGTP y después al comunismo. Vivía a una cuadra de su casa e iba a verlo para conversar. Cuando concluyó la secundaria, Ríos ya ayudaba como voluntario en la CGTP. De allí pasó a militar en la Juventud Comunista y años más tarde en el partido. En el PCP no importaba mucho su timidez sino la ideología y la acción.
Habría que decir, por otra parte, que Ríos se mueve a sus anchas entre los pobres. Vivió con sus dos padres y cinco hermanos en un cuarto de tres por cuatro metros en un callejón de treinta familias en Breña. De esta parte de su vida se le ha quedado grabada la solidaridad entre tanto necesitado para ayudarse uno a otro y compensar sus miserias. Ríos fue lustrabotas, vendedor de limones, cuidador de carros, canillita. Su madre trabajó sesenta años como ambulante y él la siguió en el oficio desde los diez. Pese a su retraimiento es un hombre que tiene calle.
Esta calle explicaría después varias cosas. Ríos cree que, junto con las influencias de otras personas, fue lo que lo empujó a la política.
–La calle te da sensibilidad social más que ninguna otra cosa –dice.
El ejército de tímidos
Lo verdaderamente extraordinario ocurrió mucho después de que se hiciera comunista. De la CGTP pasó al periódico del partido, Unidad, donde empezó haciendo mandados y limpieza. Luego se animó a teclear la máquina de escribir para ir contando historias de sindicatos. Estudió periodismo y subió un peldaño más, a redactor. Mientras tanto, se mantenía con un recurso práctico: vender Unidad.
Durante los dieciocho años que trabajó en el periódico no cobró un centavo. O mejor dicho, su paga eran quinientas ediciones que él, antiguo canillita, sabía colocar entre conocidos y amigos. Por esos años seguía siendo tímido en extremo en algunas ocasiones. Una vez le dieron la oportunidad de dar una clase en el Instituto Bausate y Mesa. No pudo encarar a los alumnos. Para no hacerlo les dio la espalda y se puso a escribir nerviosamente en la pizarra hasta que el espacio se acabó. “¿Qué hago después?”, se repetía. Tuvo que darse vuelta y hablar al auditorio y empezó a temblar. Los alumnos dijeron que no lo querían como profesor.
Pero la experiencia en el PCP le permitió viajar y recibir entrenamiento político. Por ejemplo, oratoria y liderazgo en Cuba. Durante mucho tiempo no los puso en práctica. Hasta que en 1988 el periódico dejó de editarse por falta de recursos y Ríos se quedó sin fuente de ingresos.
Fue entonces cuando abrió una academia de oratoria en el jirón Puno. Desde entonces le pareció increíble la cantidad de personas pobres y tímidas como él que querían vencer sus temores para relacionarse con los demás. También querían aprender a hablar en público, aunque esto no era tan importante como lo primero. Había un ejército de tímidos y Fidel Ríos acababa de descubrirlo.
Líderes en liderazgo
De esto hace 25 años. Ahora el CIPAL es el centro más concurrido para aprender oratoria y liderazgo en el Perú. El Curso Básico dura un mes, y debes ir una vez por semana durante tres horas, con el objetivo de vencer la timidez. El punto clave en esta etapa es desarrollar tu autoestima, y aprender algunas técnicas de presentación en público para que por lo menos puedas presentar una ceremonia. El segundo mes se dicta el Curso Superior, enfocado en la redacción y exposición de discursos. En el tercer mes, CIPAL ofrece el Curso Profesional, dirigido a entrenarte en la organización de conferencias y la participación en debates. No podría certificarse en esta nota la excelencia académica de estos cursos ni su eficacia como fabricantes de oradores. Pero los que egresan posan felices en las ceremonias de clausura de los cursos, con Fidel Ríos al centro. Tal vez no se conviertan en líderes, pero salen con un poco más de confianza en sí mismos, y quizá eso es bastante.
Los tres cursos valen 230 soles. Este verano hay mil quinientos estudiantes de todas las edades, pero solo de los estratos C, D y E, que son el público objetivo del negocio. Quienes se matriculan en el paquete de cursos reciben una colección de los numerosos manuales de Ríos: Oratoria Moderna, El poder de la memoria, Discursos de impacto, Cómo estudiar, Lectura veloz… Porque el CIPAL tiene una gama amplia de ofertas. Por ejemplo, una Escuela para Padres y un diplomado en Didáctica de Oratoria que dura seis meses. Este año abrirá locales en San Juan de Lurigancho y sucesivamente en todos los conos de la ciudad. Ríos, quien solo quería vencer la timidez, puede estar en camino de ser millonario.
Con estos afanes en su vida, ¿cómo es que acabó de regidor accesitario y en un puesto expectante en la coyuntura política?
Desembarcado y reaparecido
Mientras desarrollaba CIPAL, Ríos nunca dejó de pertenecer al Partido Comunista. Fue militante de base hasta 2010, en que accedió al Comité Central. Después fue elegido miembro de la Comisión Política, un cargo que conserva hasta hoy. De aquí viene la conexión: el PCP integró el movimiento de izquierdas Lima Para Todos –junto con Patria Roja y el Partido Socialista– que negoció con Fuerza Social lugares en la lista de candidatos a regidurías para Lima. Ríos estaba en el primer lugar de los miembros de Lima Para Todos que debían ser considerados, pues había ganado abrumadoramente las elecciones internas del movimiento. Pero a la hora de la inscripción fue víctima de un acto de piratería política.
Luis Valer, del Partido Socialista, se inscribió en vez de él, e hizo la misma irregularidad en beneficio de otro correligionario, Tito Quilla. A Ríos lo pusieron en el puesto 22, que no lo convertiría en regidor aunque Villarán ganara. Pero véase lo que pasó con Valer y Quilla cuando ya eran regidores: se les demostraron actos de corrupción y serán vacados.
En cambio, Fidel Ríos, aunque sin quererlo, tiene posibilidades de dirigir la Municipalidad de Lima por unos meses. La pregunta que muchos se hacen es cómo sería él al frente de la alcaldía.
El tema municipal no le es ajeno al presidente de CIPAL. Fue quien redactó el plan municipal que Lima Para Todos entregó a Fuerza Social. Pero Ríos no desea hablar de ningún tema edil para no dar la impresión de que tiene algún interés en el cargo. Preguntado un trabajador de CIPAL sobre cómo sería su jefe en la alcaldía dijo:
–Por momentos será más mudo que Castañeda, pero tendrá más llegada con los pobres. Tiene una llegada increíble con los pobres.
Fuente: La República, INFOS
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"Nosotros somos como la higuerilla"
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