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Alemania resucita el arte que Adolf Hitler aniquiló

Publicado: 2012-12-18

Se acerca el 80 aniversario de la caída del régimen democrático alemán - la República de Weimar - tras la toma de poder de Adolf Hitler en enero de 1933, hecho que puso fin al auge artístico que venía teniendo lugar en Europa. Recordando esto, los museos alemanes decidieron revivir el movimiento estético surgido entre la primera y segunda guerra mundial: la Nueva Objetividad.

Creada por Otto Dix y George Grosz, esta corriente surgió en oposición a los delirios idealistas del Romanticismo del siglo XIX, buscando enfrentarse a la realidad bélica del siglo XX y al individualismo expresionista. Tenía la intención de desarrollar un arte anclado en la realidad social, que no escatimara al tratar temas como la guerra y la pobreza con un lenguaje formal, sobrio y crudo, distinto al desborde emocional que caracterrizaba al Expresionismo.

“El objeto tiene que ser primordial y determinar la forma. Para mí importa más el qué que el cómo. El cómo tiene que surgir de qué”, decía Otto Dix. El pintor objetivista buscaba acercarse a la realidad y distorsionarla representando lo feo y y haciéndolo evidente para que nadie pudiese darle la espalda.

Con la llegada del nazismo, Dix pasó a formar parte del inventario de 'artistas degenerados' para el régimen y sus obras sobre la guerra fueron juzgadas como 'un sabotaje militar', lo que lo obligó a alejarse de Berlín. Sucedió algo similar con el pintor Rudolf Schlichter, conocido por sus retratos a los clubes de lesbianas en Berlín de 1920. Su obra fue tildada de casi pornográfica por los nazis y se le prohibió exhibir sus pinturas.

Otra suerte tuvieron Christian Schad, quien migró a otra corriente y se convirtió en uno de los retratistas más representativos del régimen y Weiner Peiner, quien acabó siendo uno de los artistas más prestigiosos del nacionalsocialismo. Su cuadro Deutsche Erde (Campo alemán), fue entregado a Adolf Hitler como regalo poco después de su acceso al poder.

El Kunstmuseum, en Stuttgart, decidió explorar esta corriente, exhibiendo obras de sus más importantes representantes. Tiene también lugar una muestra en la ciudad de Dresde, donde Dix enseñaba antes de ser considerado enemigo público del nazismo. Asimismo, Mannheim conmemorará al objetivismo con una exposición, tal como se hizo allí en 1925.

“Al margen de las efemérides, no es casualidad que la nueva objetividad vuelva ahora, en un momento de transición marcado por temas parecidos, como la crisis económica y el aumento de la desigualdad social, cuando los ricos son todavía más ricos y los pobres están más desamparados”, señaló la historiadora del arte Ilka Voermann.

La furia que creció entre los nazis al contemplar el arte de la Nueva Objetividad y encontrar obras que revelaban una realidad muy poco fotogénica y traslucían a través de la sátira una violenta realidad, dejan ver que esta corriente fue sumamente explosiva. Hoy existe la intención de reivindicarla con la vigencia que esta aún tiene en tiempos como el actual. Que reviva y siga cumpliendo su objetivo.

Con información de El País.


Escrito por

Daniela Lanzara

Egresada de la especialidad de Artes Escénicas de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Redactora de La Mula. Interés por el teatro, la música y el arte en general.


Publicado en

Redacción mulera

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