Honduras es escenario de la tasa más alta de homicidios en el mundo, según el último informe de las Naciones Unidas, provocados principalmente por el narcotráfico. Sin embargo, no es el único causante de esta epidemia de violencia en el país centroamericano, también son los grupos armados de los terratenientes que agreden y hasta matan a indígenas, afrodescendientes y campesinos.

El caso más reciente de estos abusos fue el asesinato de tres campesinos del sector de Farallones, departamento de Colón, a manos de los guardias de seguridad de la finca del terrateniente Miguel Facusse, quien acapara mayores extensiones de tierra.

De acuerdo a la versión oficial, los encargados de seguridad capturaron a José Olivera Nolasco (30), Marco Hernández Gonzales (28) y Óscar Daniel Sánchez Batista (26) luego de que ingresaran a la propiedad de Corporación Dinant para robar tepezcuintles (conocidos también como "perros de agua"), animales en peligro de extinción que habitan en la reserva junto a diversidad de aves y otros animales. Les dispararon y enterraron en una fosa común, cerca al mar donde fueron encontrados por la policía.

Cabe señalar que así como este, hay otros casos en que los guardias de estos terratenientes continúan con la política de exterminio en contra de las comunidades indígenas. Así, el Movimiento Unificado Campesino de Aguan (MUCA) hace un llamado a los organismos defensores de derechos humanos nacionales e internacionales para que estén alerta ante estos actos de violencia.