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Cumbre ASPA: Inversiones árabes en el Perú suman US$1,000 millones

Publicado: 2012-09-30

Las inversiones árabes en el Perú llegan a US$1,000 millones, la mayoría cubiertos por Dubai Ports World (DPW), que opera el Muelle Sur del Callao, y la argelina Sonatrach (Société Nationale pour la Recherche, la Production, le Transport, la Transformation, et la Commercialisation des Hydrocarbures). Esta última tiene una participación de 10% en el Consorcio Camisea y de 21% en Transportadora de Gas del Perú (TGP).

Por Ramiro Escobar

La inversión total de Sonatrach es de US$300 millones, en tanto que la de DPW es de 700 millones y está asociada con la peruana Uniport. Tiene una concesión por 30 años y también opera en Venezuela, Argentina y República Dominicana (está en 50 países). Recientemente trató de obtener la concesión del Muelle Norte de El Callao, pero el DS No.033-2010 del MTC (Ministerio de Transportes y Comunicaciones) dispuso, en julio pasado, que una misma empresa no podía tener otro terminal en el mismo puerto. A quienes han objetado esta norma, hay que contarles lo siguiente. Hasta el 2006, DPW controlaba, a través de P&O Ports North America, los puertos de Nueva York, Filadelfia, Baltimore, Miami, Tampa y Nueva Orleáns. Las críticas, en el propio Capitolio, hicieron que, finalmente, la empresa vendiera el 100% de sus acciones a AIG Global Investment Group. Se temía que DPW fuera la puerta de entrada del ‘terrorismo islamista’ (parte de la paranoia norteamericana), pero también que controlara un sector estratégico.

Buena parte de las inversiones árabes, sobre todo las de los ricos emiratos del Golfo, se plasman a través de los FGP (Fondos Gubernamentales de Petróleo, provenientes de las ganancias obtenidas por la comercialización de este hidrocarburo). Los FGP de Abu Dhabi, por ejemplo (parte de los EAU), tienen una participación en el Citigroup y los de Kuwait en Merrill Lynch. La abundancia de dinero induce a una presencia abultada en las finanzas internacionales, algo que también provoca desconfianzas geopolíticas.

El profesor Mariano Marzo, de la Universidad de Barcelona, sostiene que ese tipo de inversiones “podrían depender más de intereses estratégicos y políticos que de los puramente comerciales”. Lo ocurrido con los puertos de EEUU trasunta esa preocupación. A pesar de que, desde el punto de vista geoestratégico, somos modestos, hay que tomar previsiones. El ‘Poder del Golfo’, como señala Marzo, es algo que va creciendo en el mundo y con el que hay que negociar de manera activa y vigilante.

Fuentes de la Cancillería informan que a los empresarios árabes ya se les ha ofrecido –y la Cumbre ASPA en Lima permitirá reiterarlo– los 12 proyectos en cartera que tiene ProInversión. Entre ellos, el Gasoducto de Trujillo, los proyectos turísticos de la Isla San Lorenzo y la Playa Lobitos y los terminales portuarios San Juan de Marcona y General San Martín. Los rubros inmobiliarios y de turismo podrían interesarles, pues el propio sultán Ahmed bin Sulayen, presidente de DPW, ha mostrado interés en ellos.

Según Alfonso García Miró, presidente de la Confiep, los árabes invierten US$163 mil millones fuera de sus países. Para la Cancillería y Promperú, las inversiones en nuestro país, fuera del sector inmobiliario y turístico, podrían crecer en el sector petroquímico (en el que tienen expertise), en la agroindustria (conocen técnicas de cómo producir en tierras áridas), en la banca. La modalidad apropiada sería el joint venture, es decir la asociación con empresas de acá

Lo mismo podría ocurrir en el sector textil, donde un país como Egipto podría firmar convenios de cooperación tecnológica para el tratamiento del algodón, una de sus productos más conocidos. Las posibilidades son amplias y una previsión de la Cancillería es que para el 2012 las inversiones árabes en el Perú pasen de los US$1,000 millones a los US$2,000 millones o hasta más.


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