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Los datos personales que tienen las empresas telefónicas

Publicado: 2012-09-05

¿Qué tipo de datos recolecta tu compañía telefónica? Malte Spitz no estaba demasiado preocupado cuando le pidió a su operador en Alemania que compartiera la información almacenada sobre él. Varias solicitudes sin respuesta, y luego de una demanda legal, Spitz recibió 35 830 líneas de código, un informe detallado, casi minuto a minuto de medio año de su vida.

Transcripción:

Hola. Este es mi teléfono móvil. Un móvil puede cambiarte la vida, y te da libertad individual. Con un móvil puede fotografiarse un crimen contra la humanidad en Siria. Con un móvil se puede tuitear un mensaje e iniciar una protesta en Egipto. Con un móvil se puede grabar una canción, subirla a SoundCloud y hacerse famoso. Todo esto es posible con un móvil.

Soy un chiсo de 1984 y vivo en la ciudad de Berlín. Volvamos a ese momento, a esta ciudad. Aquí pueden ver cómo cientos de miles de personas protestaban en busca de un cambio. Este es el otoño de 1989. Imaginen si todas estas personas reunidas que protestan en busca de un cambio, tuvieran un móvil en el bolsillo.

¿Quiénes de los presenten tienen un móvil aquí? Levántenlos. ¡Levanten sus móviles, levántenlos! Levántenlos. Un Android, un Blackberry, ¡guau! Es mucho. Casi todos hoy tienen un móvil.

Pero hoy hablaré de mí, de mi móvil, y de cómo me cambió la vida. Hablaré de esto. Estas son 35 830 líneas de información. Datos en bruto. ¿Por qué está esa información allí? Porque en el verano de 2006 la Comisión de la U.E. presentó una directiva.

La Directiva de Retención de Datos. Esta directiva dice que cada compañía telefónica europea, cada proveedor de Internet de toda Europa, tiene que almacenar un amplio rango de información de los usuarios. Quién llama a quién. Quién envía un email a quién. Quién le envía un texto a quién. Y si usamos el móvil, dónde estamos. Toda esta información se almacena por al menos seis meses, y hasta dos años, en su compañía telefónica o su proveedor de Internet.

Y en toda Europa la gente se plantó y dijo: "No queremos esto". Dijeron que no querían esta retención de datos. Queremos la autodeterminación en la era digital y no queremos que las telefónicas y los proveedores de Internet almacenen toda esta información sobre nosotros. Hubo abogados, periodistas, sacerdotes, todos dijeron: "No queremos esto".

Y aquí pueden ver unas diez mil personas que salieron a las calles de Berlín y dijeron: "Libertad, no temor". Y algunos incluso dijeron que esto sería la Stasi 2.0. La Stasi era la policía secreta de Alemania Oriental.

Y yo también me pregunté si esto funciona realmente. ¿Pueden almacenar toda esta información sobre nosotros? ¿Cada vez que uso el móvil? Así que le pedí a mi telefónica, Deutsche Telekom, que en ese entonces era la compañía telefónica más grande de Alemania, que por favor me envíaran toda la información que tuviesen sobre mí. Se los pedí una vez, y se los volví a pedir, y no obtuve una respuesta concreta. Era todo bla, bla.

Pero luego dije: quiero tener esta información porque Uds. están protocolizando mi vida. Por eso decidí iniciarles una demanda judicial porque quería tener esta información. Pero Deutsche Telekom dijo no, no te daremos esta información. Al final firmamos un acuerdo. Retiraría la demanda y ellos me enviarían la información que yo pedía. Mientras tanto, el Tribunal Constitucional Alemán falló la inconstitucionalidad para la ley alemana de la directiva de la U.E.

Así que recibí este feo sobre marrón con un CD dentro. Y en el CD había esto. Treinta y cinco mil ochocientas treinta líneas de información. Al principio las ví y dije, bueno, es un archivo enorme. Bien. Pero después de un tiempo me di cuenta de que es mi vida. Hay seis meses de mi vida en este archivo.

Era un poco escéptico: ¿qué debía hacer con eso? Porque pueden ver dónde estoy, donde paso la noche, qué estoy haciendo. Pero luego dije, quiero que esta información salga. Quiero hacerla pública. Porque quiero mostrarle a la gente qué significa la retención de datos.

Así que, junto a Zeit Online y Open Data City, hicimos esto. Esta es una visualización de seis meses de mi vida. Uno puede acercarse y alejarse, ir hacia atrás y hacia adelante. Pueden ver cada paso que doy. Y puede verse cómo voy de Frankfurt en tren a Colonia, y con qué frecuencia llamo en el trayecto.

Todo esto es posible con esta información. Eso da un poco de miedo. Pero no solo se trata de mí. Sino de todos nosotros. Primero, hay cosas como, llamo a mi esposa y ella me llama, hablamos un par de veces. Después me llaman algunos amigos y se llaman entre ellos. Y luego uno llama al otro, y el otro al otro, y terminamos con esta gran red de comunicaciones.

Uno puede ver cómo su gente se comunica entre sí a qué hora llaman unos a otros, a qué hora duermen. Se puede ver todo esto. Pueden verse los centros, los líderes del grupo. Si uno tiene acceso a esta información, uno puede ver lo que está haciendo la sociedad. Si uno tiene acceso a esta información, se puede controlar a su sociedad.

Este es un modelo para países como China e Irán. Este es un modelo para estudiar la forma de tu sociedad, porque uno sabe quién habla con quién, quién le manda un email a quién, todo esto es posible si uno tiene acceso a esta información. Y esta información se almacena al menos seis meses en Europa, y hasta dos años.

Como dije al principio, imaginen si todas estas personas en las calles de Berlín, en el otoño de 1989, tuviesen un móvil en el bolsillo. Y la Stasi hubiese sabido quién participó en esta protesta, y, si la Stasi hubiese sabido quiénes eran los líderes, esto nunca hubiese ocurrido. La caída del Muro de Berlín quizá nunca hubiese ocurrido. Y, en consecuencia, tampoco la caída de la Cortina de Hierro. Porque hoy en día las agencias estatales y las empresas quieren almacenar tanta información de nosotros como sea posible dentro y fuera de la web. Quieren tener la posibilidad de seguir nuestras vidas y quieren almacenarlas para siempre.

Pero la autodeterminación y vivir en la era digital no es una contradicción. Pero hoy uno tiene que luchar por la autodeterminación. Uno tiene que luchar por eso a diario. Cuando vuelvan a casa díganle a sus amigos que la privacidad es un valor del siglo XXI y que no está pasada de moda. Cuando vayan a casa, díganle a su representante que solo porque las empresas y las agencias estatales puedan almacenar cierta información, no tienen que hacerlo. Y si no me creen, pregúntenle a su compañía telefónica, qué información almacenan de Uds.

Así que en el futuro, cada vez que usen sus móviles que les sirva para recordar que tienen que luchar por la autodeterminación en la era digital. Gracias.

(Aplausos)


Escrito por

Jorge Bossio

Infonomista, experto en TIC para el desarrollo, políticas de Internet y gestión del conocimiento.


Publicado en

Redacción mulera

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