La reforma, una de las más importantes en las últimas dos décadas del país, fue aprobada en su último trámite en el Senado la noche de este martes, por 31 votos a favor, tres en contra y una abstención. Más temprano, había sido ratificado por la Cámara de Diputados, tras un acuerdo político entre el oficialismo y la oposición de centro izquierda después de varias modificaciones al proyecto original.

La reforma educacional, anunciada por el presidente chileno Sebastián Piñera por cadena nacional, incluye un aumento de becas y créditos, mayores aportes a las universidades públicas, el incremento de la subvención secundaria y la ampliación de la educación preescolar a los sectores más vulnerables. Estos cambios serán financiados con el crecimiento de la recaudación fiscal de unos 880 millones de dólares a raíz del reajuste tributario aprobado y con un fondo permanente para la educación de 4.000 millones de dólares.

Con esta norma, que se aprueba a semanas de una elección municipal, el gobierno del conservador Sebastián Piñera busca sumar el apoyo popular que le ha sido esquivo, tras soportar diversas manifestaciones en demanda de una educación gratuita. Además buscaría fortalecer a su alianza política de cara a la contienda presidencial del 2013, donde podría enfrentarse a una muy popular ex gobernante Michelle Bachelet, en caso que ella decida medirse en esos comicios.

“Hoy fue un buen día para Chile. Con unidad, diálogo y buena voluntad logramos un necesario e importante acuerdo para aprobar una reforma tributaria para la educación, que incrementará los ingresos fiscales en cerca de mil millones de dólares al año”, dijo el presidente de Chile por televisión.

Los recursos adicionales “se destinarán a mejorar la calidad y equidad de nuestra educación, en todos sus niveles. Además a respetar y proteger la libertad de emprender en el campo educacional y la libertad de los padres de elegir la educación de sus hijos”, agregó el mandatario.

Piñera afirmó que gracias a la aprobación de la reforma tributaria tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados el gobierno está “cumpliendo un doble sueño y compromiso: que ningún estudiante se quede sin estudiar por falta de recursos”.

El proyecto no estaba en el programa de gobierno de Piñera, que se vio obligado a plantear la reforma presionado por las masivas protestas estudiantiles que han copado las calles de Santiago, exigiendo educación pública gratuita y de calidad.

La reforma tributaria fue planteada en abril por Piñera y había sido rechazada la semana pasada por el Senado, forzando la creación de una comisión mixta, ya que había sido antes aprobada por los diputados.

El proyecto que finalmente fue aprobado mantiene la recaudación de 1.000 millones de dólares al año (equivalente al 0,3% del PIB chileno), pero reformula la tabla de rebaja de impuestos a las personas, al modo de favorecer a los sectores de menores recursos.

También hizo extensiva a todos los colegios una devolución impositiva de hasta 200 dólares al año de gastos destinados a la educación. Originalmente, sólo se permitía descontar pagos realizados a colegios privados, lo que, según la oposición, desincentivaba la matrícula en las escuelas públicas.

“Esta es una reforma que recauda poco, pero haberla rechazado habría sido una irresponsabilidad”, comentó el senador opositor Ricardo Lagos Weber, cuyo sector aspiraba a una mayor recaudación.

Los dirigentes estudiantiles, en tanto, rechazaron el pacto político, al considerar “insuficiente” el monto que se recaudará para financiar las mejoras al sistema educativo a que ellos aspiran.

Los estudiantes demandan desde 2011 en pos de una educación pública, gratuita, de calidad y sin fines de lucro. Ante esta resolución del gobierno, definirán en los próximos días un nuevo calendario de movilizaciones junto a profesores y trabajadores de la educación, el cual comenzará con una protesta programada para la segunda semana de septiembre.

Fuente: InfoBae

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