Desde este miércoles  los jóvenes "sin papeles" podrán solicitar al Gobierno estadounidense que cancele cualquier posible deportación sobre ellos y que les conceda un permiso de trabajo temporal.

Es el resultado de una orden ejecutiva que firmó hace dos meses  Barack Obama. El propio presidente  calificó como justa la medida ya que  "levanta la sombra" de la deportación de millones de "sin papeles". Además, en la ceremonia por el Día de la Independencia, Obama afirmó que “la historia de los inmigrantes es nuestra propia historia”.

La medida fue reconocida como uno de los esfuerzos más positivos para la comunidad inmigrante.

Para solicitar la medida, todos los indocumentados deben cumplir una serie de requisitos: haber entrado en el país con menos de 16 años y tener menos de 30 el pasado 15 de junio, carecer de antecedentes penales, residir en EEUU desde hace cinco años de manera continúa y ser estudiante o graduado reciente de la universidad o, en su caso, pertenecer al ejército.

Por ello, la cancelación de las deportaciones no implica la obtención inmediata de un permiso de residencia. El Gobierno garantiza que no compartirá sus identidades con las oficinas de inmigración, lo que podría suponer deportaciones en el futuro.

Desde la firma de la medida, decenas de organizaciones celebran reuniones informativas con expertos para asesorar a los futuros solicitantes, un total  de 1,7 millones de jóvenes indocumentados.

Ahora las preocupaciones se centrarían de cara a las próximas elecciones y el futuro de la medida si llegara a la presidencia el candidato republicano Mitt Rommey. Un joven argentino indocumentado afirmaba en El País: “Si hay un número importante de solicitudes será muy difícil revocar una norma tan popular”, dice el joven. “Pero también sabemos cuántos defienden medidas más duras contra los indocumentados”.

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