La ola de inmolaciones a lo bonzo continua en China. A pesar de las medidas desplegadas por el Gobierno, al menos cinco personas se han prendido fuego durante la última semana por el conflicto tibetano. Esta modalidad de protesta se enmarca en una lucha por la represión que sufre su religión, cultura y lengua por parte de China, según informa Radio Free Asia (RFA).

Dos de las inmolaciones tuvieron lugar el lunes en la prefectura de Aba, una región montañosa en la provincia suroccidental de Sichuan. Tras los sucesos, una carga policial trató de desalojar la zona, terminando con enfrentamientos con miembros de la minoría. Uno de los tibetanos murió a consecuencia de la paliza propinada por los agentes, según informa RFA.

Otras tres inmolaciones se produjeron la semana pasada. Además, otros medios como Free Tibet y International Campaign for Tibet, informaron de otros casos, también ocurridos la semana pasada. Sin embargo, no se puede comprobar  que la información es cierta de manera independiente, puesto que algunos de los incidentes son vetados a los medios internacionales.

Según informan las organizaciones de defensa de los derechos de los tibetanos, al menos un total de 47 personas se han inmolado a lo bonzo en China desde marzo del pasado años en protesta contra el gobierno de Pekin.

El gobierno chino considera al Dalai Lama, dirigente del Gobierno tibetano en el exilio, como un sepatatista, y afirma que en China se respeta la libertad religiosa y formas de vida de los tibetanos. Afirma, además, que sus condiciones de vida han mejorado gracias al desarrollo económico del gigante asiático.

Por su parte, el Dalai Lama critica la política china tachándola de totalitaria y poco realista en referencia a la ola de suicidios. El gobierno le acusa de estar detrás de ellos calificando a los ciudadanos inmolados de terroristas, criminales y enfermos mentales, informa El País.

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