(ANDINA). El sacerdote Gastón Garatea pidió hoy deponer los intereses partidarios y personales en el conflicto por la mina Tintaya, en la provincia cusqueña de Espinar, y recomendó el establecimiento de una mesa de diálogo entre las partes para resolver el conflicto social.

“Hay que hacer una mesa de concertación donde la gente pueda poner a un lado sus intereses partidarios y personales para llegar a los intereses de la población. Y los intereses de la población pasan por un punto primero que es una paz que no cae del cielo, es una paz que con esfuerzo la construimos nosotros”, expresó.

Agregó que todas las partes involucradas deben “ponerle el hombro a este asunto nacional”, colocar gente con verdadera capacidad de diálogo y solucionar la demanda de las autoridades provinciales para que la minera aumente su contribución al fondo de desarrollo.

Basado en su labor como expresidente de la Mesa de Concertación de Lucha contra la Pobreza, Garatea reconoció que el país enfrenta un problema muy fuerte con la actividad de las empresas mineras y los intereses de la población.

“Y esto viene desde hace mucho. En los últimos tiempos hemos tenido el problema de Majaz, de Conga, y ahora tenemos el problema de Tintaya. Allí hay cosas que se deben enfrentar rápido con toda lucidez y claridad”, opinó.

En tal sentido, rechazó la detención del alcalde de Espinar, Óscar Mollohuanca, al considerarla un error porque se trata de una autoridad provincial elegido por el voto de la población.

Garatea cuestionó que en estos conflictos no se busque la ayuda y la mediación de gente capaz, cuya voluntad permita formar una mesa donde se logre la unidad del Gobierno y del pueblo.

“Yo diría que hay muy buenos interlocutores. Tenemos un ministro de Ambiente que es un hombre bueno, que es un hombre capaz de entrar a discutir a nombre del Ejecutivo. Tenemos también a la Defensoría del Pueblo que está conformada por gente buena dispuesta a obrar el bien”, mencionó.

En todo caso, el sacerdote expresó su disposición a ser un intermediario en el diálogo y superar así el conflicto surgido en Cusco.

No sé si me corresponde a mí (…) me cuesta mucho moverme porque ya estoy viejo, pero de estar dispuesto a conversar con las partes, sí”, declaró a RPP Noticias.

Finalmente, evitó pronunciarse sobre la suspensión de su labor pastoral, dispuesta por el Arzobispado de Lima, al comentar que debe tener “toda la prudencia necesaria” sobre el tema.

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