El Gobierno francés aprobó en Consejo de Ministros la contrarreforma de pensiones que le dará el beneficio de jubilarse a los 60 años a aquellas personas que empezaron a cotizar a los 18 y 19 años y no a los 62 años como la ley aprobada por Nicolás Sarkozy. Esta decisión desafía las recomendaciones hechas por la Comisión Europea luego que alertara que el sistema de pensiones francés no pueda ser sostenible a medio plazo.

Esta medida entrará en vigencia el primero de noviembre y es símbolo de la justicia social que alude Hollande. La reforma permitirá también ventajas a las mujeres madres de tres hijos o más y los desempleados. El anterior gobierno penalizaba a estas mujeres que representaban el 25% de las trabajadoras con carreras prolongadas.

Durante su campaña, Hollande aseguró que era injusto estas medidas para los trabajadores, por eso prometió cambiarlas en cuanto llegara al poder. En oposición, esta reforma ha sido criticada por ser aprobada mediante un decreto, por lo que los conservadores la han definido como un ataque a la democracia porque impide su discusión en el Parlamento.