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El mejor homenaje a Vallejo es leerlo

Publicado: 2012-03-16

La mejor forma de celebrar a un escritor siempre será con la lectura de sus obras. En ese sentido, para rendir homenaje a César Vallejo presentaremos una selección de sus poemas que ojalá logre acercar a los lectores la obra de nuestro poeta universal.

El poeta a su amada

Amada, en esta noche tú te has sacrificado

sobre los dos maderos curvados de mi beso;

y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado,

y que hay un viernes santo más dulce que ese beso.

En esta noche rara que tanto me has mirado,

la Muerte ha estado alegre y ha cantado en su hueso

En esta noche de setiembre se ha oficiado

mi segunda caída y el más humano beso.

Amada, moriremos los dos juntos, muy juntos;

se irá secando a pausas nuestra excelsa amargura;

y habrán tocado a sombra nuestros labios difuntos.

Y ya no habrán reproches en tus ojos benditos;

ni volveré a ofenderte. Y en una sepultura

los dos nos dormiremos, como dos hermanitos.

Poema de Los heraldos negros

Los dados eternos

Para Manuel González Prada, esta

emoción bravía y selecta, una de las

que, con más entusiasmo, me ha

aplaudido el gran maestro.

Dios mío, estoy llorando el ser que vivo;

me pesa haber tomádote tu pan;

pero este pobre barro pensativo

no es costra fermentada en tu costado:

¡tú no tienes Marías que se van!

Dios mío, si tú hubieras sido hombre,

hoy supieras ser Dios;

pero tú, que estuviste siempre bien,

no sientes nada de tu creación.

¡Y el hombre sí te sufre: el Dios es él!

Hoy que en mis ojos brujos hay candelas,

como en un condenado,

Dios mío, prenderás todas tus velas,

y jugaremos con el viejo dado.

Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte

del universo todo,

surgirán las ojeras de la Muerte,

como dos ases fúnebres de lodo.

Dios míos, y esta noche sorda, obscura,

ya no podrás jugar, porque la Tierra

es un dado roído y ya redondo

a fuerza de rodar a la aventura,

que no puede parar sino en un hueco,

en el hueco de inmensa sepultura.

Poema de Los heraldos negros

A mi hermano Miguel

In memoriam

HERMANO, hoy estoy en el poyo de la casa.

Donde nos haces una falta sin fondo¡

Me acuerdo que jugábamos esta hora, y que mamá

nos acariciaba: "Pero, hijos...

Ahora yo me escondo,

como antes, todas estas oraciones

vespertinas, y espero que tú no des conmigo.

Por la sala, el zaguán, los corredores.

Después, te ocultas tú, y yo no doy contigo.

Me acuerdo que nos hacíamos llorar,

hermano, en aquel juego.

Miguel, tú te escondiste

una noche de agosto, al alborear; ,

pero, en vez de ocultarte riendo, estabas triste.

Y tu gemelo corazón de esas tardes

extintas se ha aburrido de no encontrarte. Y ya

cae sombra en el alma.

Oye, hermano, no tardes

en salir. Bueno? Puede inquietarse mamá

Poema de Los heraldos negros

Trilce

Hay un lugar que yo me sé

en este mundo, nada menos,

adonde nunca llegaremos.

Donde, aún si nuestro pie

llegase a dar por un instante

será, en verdad, como no estarse.

Es ese un sitio que se ve

a cada rato en esta vida,

andando, andando de uno en fila.

Más acá de mí mismo y de

mi par de yemas, lo he entrevisto

siempre lejos de los destinos.

Ya podéis iros a pie

o a puro sentimiento en pelo,

que a él no arriban ni los sellos.

El horizonte color té

se muere por colonizarle

para su gran Cualquier aparte.

Mas el lugar que yo me sé,

en este mundo, nada menos,

hombreado va con los reversos.

-Cerrad aquella puerta que

está entreabierta en las entrañas

de ese espejo. -¿Esta? -No; su hermana.

-No se puede cerrar. No se

puede llegar nunca a aquel sitio

do van en rama los pestillos.

Tal es el lugar que yo me sé.

Poema de Trilce

Hoy me gusta la vida mucho menos...

Hoy me gusta la vida mucho menos,

pero siempre me gusta vivir: ya lo decía.

Casi toqué la parte de mi todo y me contuve

con un tiro en la lengua detrás de mi palabra.

Hoy me palpo el mentón en retirada

y en estos momentáneos pantalones yo me digo:

¡Tanta vida y jamás!

¡Tantos años y siempre mis semanas!...

Mis padres enterrados con su piedra

y su triste estirón que no ha acabado;

de cuerpo entero hermanos, mis hermanos,

y, en fin, mi ser parado y en chaleco.

Me gusta la vida enormemente

pero, desde luego,

con mi muerte querida y mi café

y viendo los castaños frondosos de París

y diciendo:

Es un ojo éste, aquél; una frente ésta, aquélla...  y

repitiendo:

¡Tanta vida y jamás me falla la tonada!

¡Tantos años y siempre, siempre, siempre!

Dije chaleco, dije

todo, parte, ansia, dije casi, por no llorar.

Que es verdad que sufrí en aquel hospital que queda al

lado

y está bien y está mal haber mirado

de abajo para arriba mi organismo.

Me gustará vivir siempre, así fuese de barriga,

porque, como iba diciendo y lo repito,

¡tanta vida y jamás! ¡Y tantos años,

y siempre, mucho siempre, siempre siempre.

Poema de "Poemas humanos"

Masa

Al fin de la batalla,

y muerto ya el combatiente, vino hacia él un hombre

y le dijo: "No mueras, te amo tanto!"

Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:

"No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!"

Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,

clamando: "¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!"

Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,

con un ruego común: "¡Quédate, hermano!"

Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces, todos los hombres de la tierra

le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;

incorporóse lentamente,

abrazó al primer hombre; echóse a andar...

Poema de "España aparta de mi este cáliz"


Escrito por

David Valdez E.

Redactor de LaMula.pe


Publicado en

Redacción mulera

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