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Los Mojarras, el regreso de la Nostalgia Provinciana

Publicado: 2011-11-08

En los años noventa emergió una banda que se convirtió en la voz de una generación cansada en ocultar sus raíces y su identidad como hijos de inmigrantes para evitar la discriminación. Tras 14 años la alineación clásica de Los Mojarras se reunió para un único concierto y La Mula fue testigo del acontecimiento.

"Ser peruano es doloroso" dice Hernán Condori, "Cachuca", voz y líder del grupo. Su historia es la misma de muchos limeños hijos de inmigrantes provincianos, que sufrieron discriminación por parte de quienes no se dieron cuenta que la ciudad había dejado de ser hace mucho tiempo la aristocrática y respingada "ciudad de los reyes". Cachuca formó Los Mojarras junto a un grupo de jóvenes de El Agustino hace casi 30 años tras haber sido despedido de su antigua banda de rock "por no tener la imagen que buscaban", para ser reemplazado por un joven de pelo largo y piel clara.

Los Mojarras se caracterizaron por un sonido ecléctico, que no renegaba de la música que se escuchaba en el cerro y abrazaba el rock alimentándose por igual. En palabras de Oscar Ramírez "Chueco", bajista de la banda, "hemos vivido escuchando desde Chacalón, Tongo hasta Tina Charles. Todo es música y la música es el idioma universal". La propuesta, que bajo una fusión de chicha y rock and roll introducía un arsenal de más géneros combinados, se plasmó en el primer álbum de la banda, "Sarita Colonia"; bien recibido por el circuito rockero del centro de Lima y que les permitió hacerse conocidos fuera del cerro El Agustino.

Abruptamente, llegó la fama. Un tema de la segunda producción, llamado "Triciclo Perú" fue elegido para ser la introducción de la telenovela "Los de Arriba y los de Abajo" producida por Michel Gomez y escrita por Eduardo Adrianzén. La telenovela tuvo un éxito sin precedentes, pese a ser tan transgresora en su género como la banda, tocando temas sociales y retratando la realidad de los descendientes de inmigrantes en la capital. "Triciclo" se convirtió en el himno y al mismo tiempo en la maldición de Los Mojarras.

La inesperada explosión de popularidad que significó para la banda la colaboración con "Los de Arriba y los de Abajo", no fue manejada de la mejor manera. El injusto encasillamiento de one hit wonder, las juergas y el derroche sembraron conflictos dentro del grupo y tras algunos discos, de menor impacto, el guitarrista Martín Choy y dos músicos más dejaron Los Mojarras para formar otra banda insignia del rock fusión peruano, La Sarita. Cachuca recuerda, "fue necesario y me alegro que haya sucedido, de lo contrario no hubiese aprendido la lección". La banda, diezmada, no pudo levantar el vuelo de antes.

Angelo Pantoja fue uno de los últimos guitarristas que pasó por el grupo. La típica historia del fanático que a punta de empeño termina como parte del line-up. Muy joven cuando ingresó en Los Mojarras, era muy apreciado por Cachuca. 14 años despues, fue Pantoja quien contactó a los demás Mojarras para organizar un concierto reunión con los miembros históricos. El cantante fue el último a quien contactó.

"Me habían propuesto muchas veces antes la reunión, gente de billete me ofreció el oro y el moro pero no sentí que era el momento, hasta ahora. Tenía que estar seguro que había desaparecido todo rencor entre nosotros." Cuando Angelo le habló al cantante sobre la idea, este sólo pudo decirle que si.

Los Mojarras tocaron el viernes 4 de noviembre en el bar Etnias de la plaza San Martín, ante un lleno asfixiante de fanáticos jóvenes que coreaban todas las canciones. "Veo muchas caras nuevas, no son las mismas de hace 30 años" dice Cachuca en el escenario antes de que su voz de barítono marque el inició de la canción "Cayara":

"Perú, aparta de mí este cáliz"

Un show poderoso, lleno de nostalgia, con la misma rabia de antes pero con madurez. Con la misma alegría y espíritu de lucha de un pueblo, de la calle. Porque Los Mojarras son gente de la calle cantando las historias de la calle, del faite y del asaltado, de injusticias y alegrías, con indignación, pero también con humor y optimismo.

Tras el gran espectáculo del viernes, la pregunta de rigor era sobre si la banda seguirá tocando. Angelo responde con una sonrisa inmensa: "si se da la situación, uno nunca debe decir nunca". Sobre el escenario, Los Mojarras siguen sonando tan bien como hace 20 años, pero con la grandeza que sólo las lecciones aprendidas duramente pueden dar.


Escrito por

Öscar Soto

Músico, periodista en La Mula, ateo, geek, melómano, romántico de izquierdas, lector compulsivo y friki recién casado.


Publicado en

Redacción mulera

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