Aparecen nuevos pistas sobre las irregularidades en la adjudicación del proyecto del Centro de Convenciones de Lima (CCL), obra de más de S/500 millones que se licitó en el gobierno de Ollanta Humala en menos de 4 meses y en la que el mismo expresidente de la empresa brasileña OAS Léo Pinheiro declaró ante los fiscales del equipo Lava Jato, en julio del 2019, que tenía "conocimiento de que se hicieron pagos ilícitos, pero que no sabía los detalles".
Ahora, un aspirante a colaborador eficaz ha empezado, desde hace semana, a dar nuevos detalles a los fiscales peruanos sobre cómo OAS logró ganar la millonaria licitación, en un testimonio que se al de los cuatro colaboradores eficaces que han declarado por este caso ya el Ministerio Público, reveló El Comercio este sábado.
¿Qué fue lo que dijo este testigo al fiscal Carlos Puma, que tiene a su cargo esta investigación? Que OAS accedió a las bases directamente del Ministerio de Vivienda antes de que fueran publicadas para tener ventaja y ganar la licitación.
El informante agregó que el entonces ministro René Cornejo estuvo al tanto de ello y que la ex primera dama Nadine Heredia tomaba decisiones sobre esta licitación. Por ejemplo, aseguró que una de las órdenes de la esposa del expresidente Ollanta Humala habría sido que OAS no participara con Graña y Montero en consorcio en este proceso.
Como parte del proceso, en 2013, el Ministerio de Vivienda firmó un convenio con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) –dedicada a problemas de migración– para que se haga cargo de la licitación y en marzo de 2014, la obra fue adjudicada a OAS, por un monto de S/539.127.577; es decir, S/14 millones de su valor inicial.
Según cuenta el aspirante a colaborador eficaz, en julio del 2013, antes de que se convocara la licitación, el exjefe de OAS en Perú Valfredo de Assis Ribeiro le pidió a Franco Burga –entonces jefe comercial de la constructora– que aliste un estudio con los costos de centros de convenciones en América Latina, para que se la haga llegar a Cornejo y Heredia.
"Solicitó que se elabore una presentación del proyecto para que este le haga llegar a Cornejo [entonces ministro] y a Heredia", declaró, tras asegurar que la ex primera dama se reunía "periódicamente" Valfredo de Assis Ribeiro.
Luego entró en escena el ingeniero Jorge Alfredo Prado Velarde, que sería el topo de los brasileños, según el informante. Así, Velarde se convirtió en la persona que, desde el Ministerio de Vivienda, "proporcionaría información relevante y las bases para que OAS pudiera tener ventaja".
"Ribeiro dijo que con Prado tendríamos llegada directamente con René Cornejo y de acuerdo a lo que informaba Prado así fue", añadió el testigo sobre el citado ingeniero, que fue contratado por el sector Vivienda por concepto de servicios de asesorías y supervisión, entre el 2014 y el 2015, por un total de S/85.000.
"Prado traía y llevaba las bases del concurso. Ribeiro verificaba constantemente que esta tarea sea cumplida para informar al ministro Cornejo", narró el aspirante a colaborador eficaz. Ya con la buena pro en el bolsillo de OAS, el sucesor de Ribeiro, Leonardo Fracassi, comentó que Prado "se había ganado un automóvil o un monto similar al mismo", agregó el informante.
El testigo de la fiscalía contó también cómo fue que Ribeiro le informó a Hernando Graña, de Graña y Montero, que ya no participarían en consorcio por el Centro de Convenciones de Lima, "porque la señora Nadine Heredia no quería que así sea".
"Esto generó una gran incomodidad en GyM, por lo que llegaron a un acuerdo de venta de participación o que OAS la subcontrataría para realizar los trabajos. Por este acuerdo es que OAS pudo utilizar a sus profesionales en la presentación de la propuesta", narró el informante de la fiscalía. Agregó que meses después de que ya la obra fue adjudicada, Hernando Graña convocó a Fracassi para que "honrara" el acuerdo. "Cosa que nunca ocurrió", anotó.
Hay otros cuatro testimonios en poder del despacho del fiscal Puma que van en el mismo sentido: que Heredia le advirtió a Ribeiro que OAS no ganaría contratos si es que concursaba de la mano con Graña y Montero.
El aspirante a colaborador eficaz también declaró que Heredia Alarcón era la que tenía la última palabra sobre detalles de la obra antes de la adjudicación. Contó por ejemplo, sobre una presentación que pidió Ribeiro para exponer las observaciones de OAS al proceso, que tenían que ser atendidas por el MVCS. "Esa evaluación iba a ser presentada a Heredia, a través de Ribeiro, porque ella tomaría la decisión de qué arquitectura era la que más le gustaba", comentó.
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