Dos curas fueron condenados a más de 40 años de prisión por abuso sexual y violación a niños sordos en el Instituto de Enseñanza Próvolo, de Mendoza, entre 2005 y 2016, en un caso que sacude a la Iglesia católica en Argentina, el país del papa Francisco, y uno de los escándalos más dramáticos de pedofilia de la historia del país sudamericano

El sacerdote argentino Horacio Corbacho fue sentenciado a 45 años de cárcel y el italiano Nicola Corradi a 42, según el fallo leído este lunes en el tribunal penal 2 de Mendoza. El agravante en los dos casos fue que los religiosos eran responsables cuidar de los menores, que convivían con sus abusadores en el internado.

También fue condenado a 18 de prisión el jardinero del centro de enseñanza, Armando Gómez, por "abuso sexual con acceso carnal". Todos los condenados escucharon la sentencia sin pronunciar palabra.

Corbacho fue sentenciado por 16 abusos; Corradi y Gómez por seis cada uno en una causa impulsada por la denuncia de 11 exalumnos con discapacidad auditiva. "¡Es un día de justicia!", señalaron desde la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico tras conocerse el fallo. 

En el momento de los abusos, las víctimas tenían entre 5 y 17 años, pero pasaron muchos años hasta que se atrevieron a romper el silencio y relatar el infierno que vivieron en un altillo del edificio, al que los abusadores llamaban "La casa de Dios". 

En los cuatro meses de juicio, se relataron una serie de las aberraciones, como el caso de un niño que fue violado por Corbacho a los cinco años, de una niña que usaba un pañal para que dejara de sangrar tras ser vejada y varios adolescentes que fueron abusados y obligados a mantener relaciones sexuales entre ellos enfrente de los sacerdotes.

Corradi y Corbacho escogían a sus víctimas entre los alumnos más vulnerables, que además no podían hablar y denunciar los abusos. Encima, los amenazaban con echarlos si confesaban los abusos. "Hay que tener en cuenta que muchos de estos niños venían de villas de miseria, el centro era como un hotel de lujo para ellos. Les decían que sus familias tendrían muchos problemas si decían algo. Cuando salieron, convivieron con miedo y vergüenza", contó el fiscal, Gustavo Stroppiana.

Cintia Martínez, madre de uno de los denunciantes, resumió así, meses atrás, el infierno que vivió su hijo: 

"Mi hijo vio como abusaban del que después le violó. Era una cadena. Todavía hoy le tiene terror a Corradi. Su relato siempre se detiene en él. Dice que le tiene mucho miedo".

El caso del Instituto Próvolo es uno de los escándalos de pederastia eclesiástica más grandes de Argentina, donde se han condenado 12 sacerdotes por abuso sexual. En el 2020, está previsto que comience otro juicio contra el resto de los acusados en este causa, entre ellos religiosas y personal directivo del colegio.

El escándalo estalló en noviembre de 2016, cuando la policía allanó el Instituto y detuvo a media docena de sacerdotes y empleados. El instituto nunca volvió a abrir sus puertas. En 2017, el municipio de Luján de Cuyo compró el terreno de seis hectáreas donde funcionaba el colegio y en la actualidad funcionan oficinas administrativas allí.