El presidente chileno, Sebastián Piñera, descartó renunciar a pesar de las masivas protestas contra el modelo económico y su gobierno iniciadas hace tres semanas, aunque admitió "parte" de la responsabilidad por el estallido social que sacude su país, provocado por las inequidades y las desigualdades.
Las manifestaciones no tienen visos de parar y el Ejecutivo no sabe qué más hacer para contener el fuerte descontento social, el más grave de los últimos 30 años en el país vecino, que pasa porque no se cumplen las expectativas de los ciudadanos, que además sienten un profundo rechazo y desconfianza hacia los políticos.
Piñera incluso anunció una agenda social con medidas largamente esperadas por los chilenos, como el aumento del 20% de las pensiones y el sueldo mínimo, así como menores tarifas de servicios públicos, pero nada calma la furia de la calle. El presidente defendió el hecho de haber sacado a los militares, que derivó en abusos y excesos que recordaron a la dictadura y exacerbaron la violencia, que ha dejado ya 20 muertos, 592 civiles heridos y cientos de detenidos, además de denuncias de violaciones a los derechos humanos.
"Hay llamados a que dimita", le dijo la periodista Katy Watson de la BBC, en lo que fue la primera entrevista que el jefe de Estado concede desde que estalló la crisis. "¿Lo va a hacer?", le preguntó. "No", contestó Piñera, que hoy paga sus errores con una caída estrepitosa de popularidad: tiene solo 13% de aprobación, la cifra más baja desde el regreso a la democracia en Chile en 1990.
"Estos problemas se han ido acumulando en los últimos 30 años, soy responsable de parte de ello y asumo mi responsabilidad pero no soy el único".
Piñera, que hace poco decía que Chile era un "oasis", reconocer ahora que su país sigue siendo muy desigual. "Por eso que estamos luchando para vencer la pobreza y reducir la desigualdad, pero no es el país más desigual de América Latina", dijo.
"Nadie predijo o tuvo la sensibilidad para darse cuenta de esto. No escuchamos con suficiente atención, no entendimos con suficiente claridad el mensaje. Y esta no es una crítica solamente al gobierno, esto se viene acumulando hace décadas".
El cuestionado mandatario dice que quiere lograr un acuerdo y escuchar a la ciudadanía con atención y humildad.
"Después de restaurar el orden público y poner en marcha la agenda social, no termina el debate y vendrá una segunda etapa en que estamos dispuestos a conversarlo todo, incluyendo una reforma a la constitución".
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