Una investigación del diario The Intercept Brasil, del periodista estadounidense Glenn Greenwald, ha remecido los cimientos de la operación Lava Jato en Brasil, el mayor escándalo de corrupción de la historia del gigante sudamericano, y pone en entredicho la imparcialidad del exjuez Sergio Moro, actual ministro de Justicia del gobierno de Jair Bolsonaro, en el proceso que llevó a la cárcel al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien cumple una pena de prisión en Curitiba desde hace un año.

Según la pesquisa periodística, Sergio Moro y el fiscal del caso Lava Jato, Deltan Dallagnol, intercambiaron mensajes de texto durante el proceso judicial en el que se ha condenado a un centenar de personas,  lo que está expresamente prohibido por la Constitución y el Código Penal brasileño. 

The Intercept Brasil tuvo acceso a las conversaciones que mantuvieron durante años fiscales y jueces de la trama Lava Jato. En uno de esos diálogos entre Moro y Dallagnol, el entonces juez instructor del caso le sugiere al fiscal cambiar el orden de las fases de la operación, y dio consejos y pistas a los fiscales que investigaban los hechos de corrupción, para facilitar las condenas; es decir, Sergio Moro jugaba un papel indirecto para coordinar los procesos que posteriormente juzgaría.

El medio que dirige Greenwald ─conocido por ser el periodista al que el exanalista de la CIA Edward Snowden reveló los programas de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA)─ cuestiona la imparcialidad del hoy ministro cuando era responsable del juicio en primera instancia de varios procesos del caso Lava Jato, entre ellos, el del departamento triplex de Lula en un balneario de Sao Paulo, que el expresidente recibió de la constructora OAS a cambio de beneficiarla con jugosos contratos de Petrobras.

"El juez debe analizar de manera imparcial los argumentos de acusación y defensa [...] Las conversaciones entre Moro y Dallagnol demuestran que el actual ministro se entrometió en el trabajo del Ministerio Público", dice The Intercept en le citado reportaje.

La investigación periodística destaca una conversación entre Moro y el fiscal sobre la decisión de romper el sigilo de las grabaciones hechas con autorización judicial al expresidente Lula, que vinculaban a la entonces presidenta Dilma Rousseff justo cuando se creía que el líder del Partido de los Trabajadores (PT) sería nombrado ministro, en marzo de 2016, lo que fue visto como un intento de darle inmunidad durante la investigación judicial.

En otro de los diálogos revelados se evidencia que el equipo de fiscales liderados por Dallagnol discuten la forma de frenar una entrevista que Lula había concedido al diario Folha de Sao Paulo, porque consideraban que beneficiaría al Partido de los Trabajadores en las elecciones de octubre del año pasado.

Al respecto, el Ministerio Público de Curitiba subrayó que los procuradores están "tranquilos" sobre la legitimidad de su actuación, pero en un comunicado dijeron que les preocupa su "seguridad personal" ante la "manipulación del significado de los mensajes". Agregaron que  fueron víctimas de un ataque informático.

"La acción vil del hacker invadió teléfonos y aplicaciones de fiscales de la Lava Jato usados para comunicaciones privadas y del interés del trabajo, y existiendo la sustracción de identidad de algunos de sus integrantes. No se conoce aún la extensión de la invasión, pero se sabe que fueron obtenidas copias de mensajes y archivos intercambiados en charlas privadas y de trabajo".

Por su lado, Moro dijo que en los mensajes revelados "no se vislumbra ninguna anormalidad de direccionamiento de actos en tanto que magistrado, a pesar de ser sido sacadas de contexto y de su sensacionalismo".




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