Duro golpe. Google anunció el fin de semana que impedirá al gigante tecnológico chino Huawei el uso de algunas actualizaciones del sistema operativo Android y de Gmail, su servicio de correo electrónico, como parte de la disputaa entre el mayor fabricante de estos equipos del mundo y la Administración de Donald Trump.
La medida se anunció luego de que EEUU incluyó a Huawei a una lista negra, con la que empresas estadounidenses (como lo es Google) no pueden hacer negocios a menos que tengan una licencia especial. Así, los nuevos celulares de esta marca perderán el acceso a algunas de las más populares aplicaciones de Google, salvo las que sea de código abierto.
Tras la decisión del gigante de Mountain View, un puñado de los más importantes fabricantes estadounidenses de procesadores le siguieron los pasos y dejarán de vender sus productos al fabricante a Huawei, que también ha sido acusada por la Casa Blanca de espionaje. Así lo han anunciado este lunes, entre otras firmas, Intel, Qualcomm, Broadcom, Infineon Technologies, Micron Technology y Western Digital que han suspendido el envío de chips y memorias al fabricante chino.
Según analistas, esto afectará no solo a los teléfonos celulares, sino también a otros productos como ordenadores o tabletas y tecnologías de conexión, y pondría a Huawei al borde de la mayor crisis desde que Trump le declarara la guerra.
Con EEUU a la cabeza, varios países occidentales han expresado su preocupación de que Pekín pueda estar usando los equipos de Huawei como herramienta de espionaje y han prohibido su uso a sus funcionarios claves. La compañía lo ha negado con vehemencia. Washington incluso busca la extradición de la directora ejecutiva de Huawei, Meng Wangzou, quien fue arrestada en diciembre en Canadá a pedido de las autoridades estadounidenses.
Las implicaciones
Ben Wood, de la consultora CCS Insight, dijo que la medida de Google tendría "grandes consecuencias para los consumidores de Huawei", porque esta compañía ya no recibirá las actualizaciones de seguridad y el soporte técnico de Google, y los dispositivos nuevos que produzca esa marca ya no tendrán aplicaciones como YouTube y Maps.
Por ahora, los usuarios actuales de smarthopnes Huawei podrán actualizar sus aplicaciones, así como los servicios de Google Play, pero si Google lanza una nueva versión de Android, Huawei no podrá ofrecer esa actualización en sus teléfonos.
A corto plazo, el veto de Google podría ser muy perjudicial para Huawei en Occidente sobre todo, porque los usuarios de telefonía móvil no querrían un teléfono con Android que no tuviera acceso al Play Store de Google, su asistente virtual o las actualizaciones de seguridad, refirió Leo Kelion, editor de Tecnología de la BBC.
A largo plazo, podría dar a los proveedores de teléfonos inteligentes una razón para considerar seriamente la necesidad de una alternativa viable al sistema operativo de Google. La misma Huawei evalúa desarrollar su propio sistema operativo.
La respuesta de Huawei
Este lunes, en un pronunciamiento público, Huawei aseguró que garantizará las actualizaciones de seguridad a todos sus equipos, mientras que el Gobierno de Pekín mostró su apoyo a la empresa para que tome "medidas legales y defienda sus derechos".
"Huawei ha hecho contribuciones sustanciales al desarrollo y crecimiento de Android. Como uno de sus socios clave globales, hemos trabajado estrechamente con su plataforma de código abierto para desarrollar un ecosistema que ha beneficiado tanto a los usuarios como a la industria".
El gigante tecnológico continuará proveyendo actualizaciones y servicios posventa a todos sus equipos, tanto "a los que ya se han vendido como a los que están aún en almacenamiento" y que además seguirá construyendo un "ecosistema de software seguro y sostenible" para todos sus usuarios.
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