Cayó el 'monstruo de La Huayrona'. César Alva Mendoza, de 37 años, fue detenido en Ica, al sur de Lima, tres días después del brutal asesinato de una menor de 11 años que desapareció el último jueves, luego de asistir a sus clases en un taller dentro de la comisaría de Canto Rey, en San Juan de Lurigancho.

Era el principal sospechoso, luego de ser reconocido por las cámaras de seguridad de la calle de donde se llevó a la pequeña, y al verse acorralado, confesó que violó y luego prendió fuego al cuerpo de su víctima durante el interrogatorio policial, confirmaron fuentes de la Dirincri a La República.

La necropsia de ley practicada al cuerpo de la menor determinó que la causa de la muerte fue 'estrangulación'. Además presentaba quemaduras en el rostro, cuerpo y pies, así como hematomas y escoriaciones en los miembros.   

El asesino confeso intentó huir, pero fue reconocido por una mujer en Ica que dio aviso a la Policía y fue capturado en el distrito de La Tinguiña la mañana del domingo. En la comisaría del sector, a donde fue llevado, los vecinos trataron de lincharlo. "Queremos pena de muerte para el maldito", "justicia para Jimenita", "monstruo", gritaban, enardecidos.

Luego fue trasladado a Lima en una aeronave de la Policía. Pero agentes policiales tuvieron que hacer disparos al aire para evitar otro intento de linchamiento durante el traslado del asesino al aeródromo de Las Dunas.

A su arribo a la capital , el 'monstruo de la Huayrona' fue trasladado a la sede de la Dirincri en la avenida España, en el Cercado. Según los agentes a cargo de las pesquisas, la modalidad del asesino era captar a sus víctimas a través de engaños. El perfil sicológico señala que es un psicópata sexual, con trastorno de personalidad, cínico y con desprecio por la vida.

En un nuevo video de seguridad difundido por Panorama este domingo, se observa a Alva Mendoza merodear la comisaría de Canto Rey a bordo de una bicicleta el día en que desapareció la niña.  Luego la menor sale de la sede policial y aparece otro hombre detrás de ella que este viene siendo investigado. 

Las imágenes de las cámaras de la zona muestran a Alva aparecer detrás de ella. La menor voltea, al parecer, porque se da cuenta que la seguían. El asesino hace como que busca algo en su bicicleta, y poco después, se lleva a la escolar.

El padre de la víctima aseguró que es imposible que su hija haya aceptado subirse a la bicicleta de un desconocido. "Lo ha tenido que conocer en la comisaría", dijo, tras denunciar que la mayor parte de la investigación por la desaparición y posterior muerte de la menor la hizo él, su familia, y no la Policía.

Agentes bajo sospecha

En tanto, Inspectoría de la Policía Nacional viene investigando a cuatro agentes de la comisaría de Canto Rey que estaban a cargo de los talleres de verano a donde asistía la menor y también al comisario, el comandante Carlos Chávez Bravo Abraham, quien negó que el asesino haya trabajado  limpiando carros en la comisaría. 

"Este sujeto llegó acá detenido en noviembre del 2017 por hurto y posesión de drogas, pero la Fiscalía le dio comparecencia", alegó el oficial, quien pide que se investigue la responsabilidad de los agentes de la dependencia a su cargo. De hecho, se indaga por qué no anotó la asistencia de la escolar al taller, porque en un inicio negaron su ingreso, pero una de las amigas de la menor dijo que esta no entró a su clase de bisutería pero así a la de vóley.

El abogado de la familia de la víctima, Marco Riveros, pidió a la Fiscalía que denuncie al asesino por secuestro con subsecuente muerte, a fin de que la pena sea la cadena perpetua. 

Alva Mendoza tenía denuncias por violación sexual, pero estaba libre y al acecho de sus víctimas. Al menos dos mujeres que lo acusaron ante la Policía y la fiscalía, pero no le pasó nada. Y según el padre de su última víctima, colaboraba como informante de la Policía de Canto Rey. Incluso dijo que se le veía salir incluso con los agentes.

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