Son estigmatizados por quienes no quieren memoria. Son adjetivados como odiadores porque no cejan en su lucha por que la justicia en el Perú sea real. Son peruanos cuyas vidas cambiaron terriblemente en 1991 y 1992, cuando el Grupo Colina asesinó a 25 de sus familiares en las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta. Delitos de lesa humanidad –junto a otros– que fueron motivo de la sentencia a prisión de 25 años del expresidente Alberto Fujimori como autor mediato (con dominio del hecho), condena que se interrumpió el pasado 24 de diciembre cuando el presidente Pedro Pablo Kuczynski le otorgó el indulto 'humanitario', que todo indica que más bien fue en reciprocidad a la abstención de votos de 10 fujimoristas para evitar su vacancia presidencial. 

“Alberto Fujimori está libre, contento, y mi hijo sigue desaparecido”. “Es una ofensa para el país la liberación de este criminal”. “Fujimori mató a mi hijo, y ahora Kuczynski lo volvió a matar, y a nosotros también”. Son algunas de las declaraciones que los familiares de estas víctimas dieron en La Mula a Javier Corcuera, cineasta y documentalista que las ha resumido en este video.

La pasada navidad, los familiares de Barrios Altos y La Cantuta pasaron una noche llenos de indignación, pesar e impotencia. “Mientras los Fujimori estaban felices y festejando, nosotros agonizábamos”, confiesa Javier Roca Obregón, padre de Javier Roca Casas (sótano del SIN).

Ellos rechazan el indulto y confían en que el indulto pueda ser rebatido. Y ante tanto mensaje oficialista y fujimorista de un llamado a la reconciliación, responden: Una reconciliación, sí, pero con las víctimas de los asesinados por Fujimori. Nos quieren imponer una reconciliación, nos dicen que hay que voltear la página. PPK es quien se ha reconciliado con el fujimorismo al liberar a un asesino”, dice Gisela Ortiz Perea, hermana de Luis Enrique Ortiz (La Cantuta).

“Armando tenía sueños, como todo joven. Era mi hijo mayor y quería darnos una oportunidad, por eso estudiaba. Fue secuestrado, asesinado y desaparecido. De él solo tengo unas llaves. No tengo su cuerpo. Y cuando creía que se había hecho medianamente justicia, ahora PPK nos traiciona indultando al criminal Fujimori”, señala Raida Cóndor, madre de Armando Amaro Cóndor (La Cantuta).

Ya se dijo líneas arriba, el fujimorismo (incluidos algunos del actual oficialismo) califica a estos familiares de odiadores, pero ellos solo buscan justicia y defienden la memoria de sus familiares. “Exigir derechos y pedir justicia no tiene que ver con odio ni venganza”, afirman.

Aunque Kuczynski les ha dado la espalda, ellos no se sienten solos. Tal como ocurrió hace 28 años, se sienten acompañados por un sector de la sociedad, pero aun así convocan a más peruanos a que se solidaricen con ellos y que no permitan la impunidad. Por ello también convocan a participar este 11 de enero a marchar contra el indulto a Alberto Fujimori.

(Foto abridora: Antonio Escalante)