Todo apunta a que Odebrecht y el colaborador eficaz Jorge Barata no han contado todo lo que saben a la fiscalía peruana sobre los sobornos que la constructora de Brasil pagó durante el gobierno del ex presidente Alan García Pérez.

En los documentos privados que la Banca Privada de Andorra, el paraíso fiscal que usaba Odebrecht para el esquema de corrupción que montó en la región, le entregó al Ministerio Público y que El País reveló una parte esta semana, hay un dato que ha llamado la atención del equipo especial del caso Lava Jato en Perú, informó La República este viernes.

Jorge Cuba, exviceministro del régimen aprista y hoy bajo prisión preventiva, ocultó en una entidad bancaria en Suiza, propiedad de un banco brasileño que cuenta con oficinas en Lima, su parte del soborno de 8,1 millones que pagó Odebrecht por las obras de las líneas 1 y 2 del Metro de Lima, más conocido como el tren eléctrico.

Según relata el referido medio, Víctor Enrique Muñoz Cuba, representante de la offshore Hispamar International, a través de la cual Jorge Cuba recibió los pagos, le pidió a la Banca Privado de Andorra (BPA) que cierre su cuenta y transfiera los fondos al Banque de la Suisse Italienne (BSI), en sus oficinas de Lugano, a una cuenta de una nueva empresa de fachada: Coneng Assets Inc., constituida el 4 de julio de 2013 en Panamá. Ahí se llegaron más de US$ 7 millones, con intereses incluidos.

El fiscal Hamilton Castro, a cargo de equipo Lava Jato, solicitó, vía cooperación internacional, toda la información de las cuentas en Suiza y la constitución de Coneng Assets en Panamá, para seguir el rastro de ese dinero y determinar por qué se eligió al Banque de la Suisse Italienne (BSI) para ocultar el pago de los sobornos.

¿Por qué la sospecha? Resulta que el BSI era entonces propiedad del banco de inversión Banking and Trading Group BTG Pactual, cuyo dueño es el  brasileño, Andrés Esteves, apodado el "Golden Boy" (Chico Dorado), quien tiene fuertes contactos políticos en Lima y fue detenido en noviembre de 2015 como parte de las investigaciones del caso Lava Jato en su país, aunque luego fue puesto en libertad

Además, hay otro dato al que la fiscalía le sigue la pista: el BTG Pactual le pagó unos 100 mil dólares al expresidente Alan García por dos conferencias que dio, una en Santiago de Chile, el 9 de mayo del 2012, y otra en Nueva York, el 10 de octubre de ese mismo año.

El mismo García presentó estos pagos en su declaración jurada de ingresos a la Fiscalía de la Nación, por la investigación que se le siguió por enriquecimiento ilícito durante la gestión de José Peláez Bardales, quien usó esa información para justificar el cierre de las pesquisas y concluir que no había desbalance patrimonial en el caso del expresidente. 

El exmandatario, en un breve tuit, se refirió al tema, pero tratando de desacreditar la denuncia periodística.

A lo que publica La República se suma lo que IDL-Reporteros reveló el jueves: los extractos de las declaraciones de Jorge Barata ante procuradores de su país,  en las que cuenta cómo se negoció el pago de coimas por el tren eléctrico en Lima. El problema, subraya el citado medio, es que las negociaciones con Jorge Cuba se dieron en 2008, cuando este aún no era viceministro del último gobierno de Alan García. 

"¿Una simple confusión? ¿O es que Jorge Barata negoció antes con alguien más, de mayor peso, el proyecto del Metro de Lima, y luego Cuba fue puesto en ese cargo para pilotar desde ahí su ejecución?", se pregunta Romina Mella, autora del reportaje.

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