Este sábado finalmente se publicó en el diario oficial El Peruano la versión final del reglamento de la Ley 30021, Ley de la Promoción de la Alimentación Saludable para Niños, Niñas y Adolescentes, y se confirmó lo que se temía: que el Gobierno fijó unos límites menos estrictos para la comida chatarra y que la implementación del nuevo etiquetado demoraría más de tres años.

Ya en la semana se habían filtrado algunos datos en ese sentido, luego de que el jefe del gabinete, Fernando Zavala, anunció que el nuevo reglamento ya había sido aprobado en la última sesión del Consejo de Ministros y que quedaba pendiente su publicación para se oficialice y empiecen a correr los plazos.

El objetivo del reglamento —que se demoró más de cuatro años en ver la luz por presión de los grupos de poder de la industria de alimentos procesados— era que las personas tengan información clara y oportuna sobre qué elementos contienen los productos que consumen.

Pero la versión final oficial incluye modificaciones que alejan el objetivo de la medida, al ser muy permisivo con el sector industrial, el mayor opositor a esta norma que busca reducir el consumo de la llamada "comida chatarra" en los menores en edad escolar, porque establece límites menos estrictos para la calificación y etiquetado de los alimentos que no son saludables.

Por ejemplo, el artículo 4 del reglamento —que consta de 6 capítulos, 16 artículos y 8 disposiciones complementarias finales— establece que los parámetros técnicos, utilizados para determinar si un producto tiene alto contenido de grasas, azúcares y sal, entrarán en vigencia en dos fases. Si esos valores (ver recuadro) se superan, se deberá colocarse una advertencia en la etiqueta.

El mismo artículo dice que los parámetros técnicos serán aplicables a partir de los 39 meses de la aprobación del Manual de Advertencias Publicitarias, el cual la ley original —aprobaba en el 2013— no contemplaba. La redacción de este documento estará a cargo del Ministerio de Salud y el plazo máximo para su elaboración es de dos meses desde la publicación del reglamento.

En cuanto a la forma del etiquetado, en el manual en mención se determinarán los colores, tamaños y ubicación del rotulado de los productos que sean considerados no saludables. La ley dice que el mensaje debe ser: "ALTO EN (azúcar, sodio o grasas saturadas)” o CONTIENE GRASA TRANS".

Para Alexandro Saco, representante de Foro Salud, el reglamento no necesita tanto tiempo para implementarse. "Es una burla, la norma tiene otras consideraciones como el observatorio nutricional y los quioscos escolares. Están convirtiendo el reglamento en un documento semiinaplicable", dijo, citado por La República. 

Límites perjudiciales

Además, los parámetros permitidos para las grasas, azúcares y sal superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que el Perú se comprometió a respetar en el Decreto Supremo Nº 007-2015-SA. Esto contraviene la ley, que es clara cuando señala que las advertencias de alto en azúcar, sodio y grasas se pondrán en función de los estándares determinados por la OPS/OMS.

¿Qué implica esto?  Que no se colocaría la advertencia cuando se debería en el etiquetado. "Con eso, un producto chatarra que es alto en azúcar, sodio o grasas aparecería como si fuera saludable", explicó Jaime Delgado,  excongresista y promotor de la mencionada ley. Entonces, se puede colegir que esto además representa un riesgo para el consumidor.

¿Qué pasó con la propuesta del Minsa?

Y quizá lo más grave —y cuestionable— es que el Gobierno haya optado por dejar de lado una propuesta de reglamento que cumplía con el objetivo de la ley contra la comida chatarra, según Delgado, también fundador de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (Aspec). 

"Hubo una propuesta de reglamento que reflejaba el real espíritu de la norma, pero ha sido dejada de lado, y esa ha sido la propuesta del Ministerio de Salud. Al Minsa le han hecho el cambiazo en las últimas semanas y eso no lo vamos a permitir".

Por ejemplo, en cuanto a los límites de los valores permisibles el Minsa establecía que todo alimento líquido con 50 mg (miligramos) o más de sal por cada 100 mililitros de producto, debería ser etiquetado con una advertencia que dijera  "ALTO EN SODIO". Pero el reglamento final publicado este sábado, fija el el doble de esa cantidad.

Y a todo esto, ¿qué debería hacer la ministra de Salud, Patricia García? Renunciar a su cargo por dignidad, sostiene Jaime Delgado, "porque finalmente será su sector el que se verá obligado a asumir una política impuesta por grupos de interés. Si la ministra firma, se estará poniendo la soga al cuello".

El fundador de Aspec sostuvo que se puede presentar una acción constitucional para frenar la aplicación reglamento, bajo el argumento de que este no tendría valor legal porque no respeta lo que establece la ley. 

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