En medio de su delicada situación judicial al enfrentar cinco procesos por presunta corrupción y mientras evalúa si buscará convertirse nuevamente en presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva recibió este jueves un duro golpe con la muerte de su espora Marisa Leticia Rocco a los 66 años.

La exprimera dama del llamado 'gigante sudamericano' se encontraba hospitalizada y en coma inducido desde el 24 de enero tras sufrir un derrame cerebral. Era la segunda esposa del exmandatario, con quien se casó en 1974. Ambos eran viudos.

Pero con este desenlace Lula da Silva no se ha quedado únicamente sin su inseparable compañera, sino también con el principal apoyo de toda su carrera política en la que 'doña Marisa', como se le solía llamar, tuvo participación directa en los momentos determinantes para el líder político, entre estos "la fundación del Partido de los Trabajadores (PT), las protestas por su liberación cuando la dictadura lo encarceló, las campañas electorales en que fue derrotado y las que venció, y hasta la lucha para vencer el cáncer que padeció", según reseña la agencia de noticias efe. 

Lula ha recibido condolencias en el mismo hospital desde donde se informó esta mañana que el estado de Marisa Leticia era irreversible y que se había iniciado ya el proceso para llevar a cabo la donación de sus órganos. 


Entre las visitas que recibió el exmandatario estuvo la del también expresidente Fernando Henrique Cardoso, quien en 2008 recibió también del entonces mandatario el pésame por la muerte de su esposa Ruth Correa Leite, decretando además tres días de duelo nacional por su deceso.

La expresidenta constitucional Dilma Rousseff, apartada del cargo en 2016, expresó también su pesar por el fallecimiento, señalando que "Doña Marisa fue la base de su familia, la base para que Lula pudiese dedicarse de cuerpo y alma a la lucha por la construcción de un nuevo Brasil, más justo, más solidario y menos desigual".

"El impacto de la muerte en la vida de Lula será enorme. Era ella quien cuidaba de la familia para que él pudiese dedicarse integralmente a la política", aseguró en su blog Ricardo Noblat, uno de los columnistas políticos más leídos del diario O Globo y uno de los pocos a abordar el asunto. 

De acuerdo con Noblat, "era Marisa la que traía a Lula de regreso a la realidad cuando él se alejaba e influyó algunas en sus decisiones más importantes, aunque Lula no siempre reconociese eso".

A través de las redes sociales se expresaron muestras de solidaridad de los brasileños hacia su expresidente, haciendo del hastag "Fuerza Lula" uno de los más utilizados.

Pese a que la exprimera dama nunca dio su punto de vista públicamente sobre la situación judicial de su esposo (fue ella incluida en tres procesos), para Lula la "presión" que sufrió su familia todo este tiempo precipitó la debacle en su salud.

"Creo que la presión y tensión hace que las personas lleguen al punto que Marisa llegó. Pero eso no va a hacer que me quede llorando por los rincones. Va a quedar en mi cabeza como una razón más para continuar con la lucha", señaló hace solo unos días a miembros de colectivos sociales en una reunión al sur de São Paulo.

Apenas confirmada la noticia por la familia, la bancada del Partido de los Trabajadores pidió antes del inicio de la sesión en el Congreso Nacional para elegir al nuevo presidente de la Cámara de los Diputados, un minuto de silencio en memoria de la que fue la primera dama del país sudamericano durante ocho años.



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