El último fin de semana, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) de la Municipalidad de Lima anunció el remate del Gran Hotel Bolívar, ubicado en la plaza San Martín, debido a que su propietaria, la empresa Huron Equities, no ha cumplido con pagar el impuesto predial.

El histórico hotel, inaugurado en 1924, es uno de los 40 inmuebles del centro de Lima al que el SAT le ha puesto la mira por deudas.

Adrián Zárate, de la gerencia de ejecución coactiva del SAT, informó que el remate ya tiene fecha: el 24 de enero del 2017. El funcionario explicó que la deuda del Hotel Bolívar, de 500 mil soles, data del 2009.

"Embargar ya no nos sale a cuenta, por lo que hace unos días se tomó la decisión de rematar el inmueble, con lo que otros acreedores también se podrían beneficiar".

ANTECEDENTES

El Gran Hotel Bolívar fue inaugurado el 6 de diciembre de 1924 por el entonces presidente Augusto B. Leguía, para hospedar a los invitados a las celebraciones del centenario de la batalla de Ayacucho, que definió nuestra independencia de España.

AVISO PUBLICITARIO DEL HOTEL BOLÍVAR CUANDO TENÍA TRES PISOS.

Este histórico edificio fue construido por iniciativa de los hermanos Augusto y Fernando Wiese, quienes encargaron su diseño al arquitecto Rafael Marquina. En 1938, el hotel fue ampliado de tres a cinco pisos, con lo cual tuvo 150 habitaciones más. 

En 1954 sirvió de locación para la primera prueba de televisión en el país. Siete años después, Augusto Wiese vendió el hotel al empresario petrolero John Mecom por 1,8 millones de dólares; y en 1972 fue declarado monumento nacional por Resolución Suprema 2900, durante el gobierno de Juan Velasco Alvarado.

¿LA HISTORIA EN PELIGRO?

Si se concreta el remate del hotel, esto significa que quien se adjudique la propiedad podría tomar alguna decisión con respecto a qué hacer con el inmueble. Esto ha sido advertido por Vladimir Velásquez, director del proyecto Lima Antigua, en su cuenta de Facebook.

"ahora que su remate está próximo (...) debemos estar vigilantes para que no ocurra un triste desenlace que nos aparte del gran valor histórico que tiene este gran Hotel (...) porque en estos tiempos de 'Demolición' y 'Desmonumentalización', cualquier cosa puede suceder".

El otro escenario es que el histórico recinto corra la misma suerte del Hotel Crillón, ubicado en el cruce de las avenidas Tacna y La Colmena, cuyo local no ha sido tocado por sus nuevos administradores; aunque en este caso se trató de una declaratoria de quiebra.

El asunto es que, como advierte Velásquez, los ciudadanos limeños estemos atentos a la suerte del histórico hotel. Porque las administraciones pueden pasar, pero la historia, con su evidencia, no debe perderse. Y más aún si es un monumento nacional.