Uno de los conflictos socioambientales más graves en nuestro país tiene como epicentro las cuencas del río Marañón, Tigre, Pastaza, Chambira y Corrientes. En esa zona se registran protestas desde hace más de dos meses (cuyo epicentro es Saramurillo) lideradas por ciudadanos que tienen como principal motor la contaminación que viene sufriendo su entorno natural a causa de los derrames petroleros que se han registrado en los últimos meses. 

Ayer, por ejemplo, líderes de varias comunidades indígenas y representantes de la sociedad civil marcharon por las calles limeñas para llamar la atención sobre la problemática que viven en sus territorios. Además, se sabe que un grupo de Apus se han reunido con Fernando Zavala, presidente del Consejo de Ministros. 

La situación, empero, es más compleja de la expuesta en los medios de comunicación. Así, este 19 de noviembre, tres organizaciones - Asociación Cocama de Desarrollo y Conservación San Pablo de Tipishca (Acodecospat), Federación Kukama del río Urituyacu (Fekuru) y la Asociación Indígena de Comunidades Urarinas del río Chambira (Aidecurcha)- han emitido un comunicado en la cual hacen un deslinde con dirigencias que -afirman- están utilizando sus nombres para intereses particulares y, a su vez, enfatizan que las comunidades que representan no participan de las protestas citadas. 

Compartimos el comunicado completo:


                                                     PRONUNCIAMIENTO

Respecto de las recientes protestas en el Marañón (Loreto), las organizaciones indígenas Acodecospat, Fekuru y Aidecurcha que representan a comunidades en esta cuenca, por un lado, hemos recibido ataques y difamaciones de dirigentes, tanto en las reuniones que ellos sostienen con instituciones públicas como en redes sociales y al interior de las comunidades. Por otro lado, tenemos conocimiento que se está utilizando el nombre y la representatividad de comunidades nuestras. Rechazamos categóricamente estas prácticas políticas que son totalmente ajenas a nuestras comunidades. Por ello señalamos:

1. Nosotros NO participamos de esas protestas porque está promovido por dirigentes que en vez de coordinar, nos han atacado, hostigado y amenazado (tal como sucedió sobre la comunidad San José de Saramuro, vecina de Saramurillo).

2. Nosotros NO participamos de esas protestas porque procede con métodos errados y malos ejemplos, desarrollando mecanismos perversos, sin norte y con poca responsabilidad; vemos que está encabezado por individuos cuyo único móvil es la protesta por la protesta, y no se sustentan en la organicidad y el respeto de comunidades y la autoridad indígena, así como tampoco se ve la voluntad de hacer un camino serio que aporte a solucionar la problemática.

3. Insistimos, la problemática es compleja, es crítica, es histórica y se debe afrontar por TODAS las partes con compromiso, responsabilidad y buena fe. Desconfiamos de que estas organizaciones y dirigencias trabajen de esta manera. Son organizaciones de dudosa procedencia y trayectoria: Oriap se creó con dudosos recursos justo dos meses antes de iniciar el Proceso de Consulta del Lote 192, que finalmente, como Feconat, terminó defendiendo al Ministerio de Energía y Minas del anterior gobierno y la firma de un contrato con la actual petrolera Pacific Stratus en territorios indígenas contaminados y sin garantías ambientales, para que a las pocas semanas, sin ninguna coherencia, salga a las calles de Iquitos defendiendo que Petroperú entre al mismo Lote. Aconaku, en 2010, ante el derrame de 500 barriles de petróleo en el río Marañón, no dijo nada y se dedicó a negociar sólo plata con Pluspetrol, y fue la encargada de hacer un desorden y pelea entre comunidades kukama en aquel entonces.

4. Resaltamos que el Estado también tiene gran responsabilidad en este caos. Son incontables las veces que lo hemos demostrado en las Mesas de Diálogo en las que por años hemos participado como apuesta seria para solucionar esta compleja problemática. El Estado, en vez de proteger el derecho, garantizar la vida, la salud, el bienestar, ha permitido la impunidad, la falta de transparencia, la negligencia, así como inacción y provocación que han generado las propias autoridades públicas y que ahora repercute en conflictos entre propios hermanos.

Si lo que se quería era que una chispa que encienda el bosque, esperamos que el bosque no se incendie por completo.

¡EXIGIMOS que se respete y reconozca nuestro derecho legítimo a tener nuestra Vida Plena, nuestros territorios integrales y la tranquilidad de pensar y construir nuestro futuro como poblaciones indígenas!

Firman: Acodecospat (60 comunidades kukama cuenca del Marañón, Amazonas y Ucayali), Fekuru (18 comunidades urarinas de la cuenca del Urituyacu) y Aidecurcha (50 comunidades cuenca del río Chambira y afluentes).


[Foto de portada: Andina ]

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