Esta semana en Ecuador se realizó el III Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP-2016), que concluyó con un manifiesto en el que las izquierdas de la región denunciaron la existencia de un "nuevo Plan Cóndor", un símil de la estrategia aplicada en las dictaduras de los años 70, para referirse al avance de la derecha en la actualidad en América Latina.

Ante a ello, en el ELAP reafirmaron la "lucha y resistencia incesante e irreductible", así como una "democratización efectiva de los medios de comunicación", en rechazo a la que llaman la "arremetida de los monopolios mediáticos privados" contra las democracias progresistas. 

Correa durante el encuentro de las izquierdas en quito. (EFE)

La declaración incluye mensaje de apoyo a tres de sus aliados: "Deploramos el golpe parlamentario organizado contra" la expresidenta brasileña Dilma Roussef, la persecución política-judicial contra Lula da Silva y el "montaje judicial" contra la exmandataria argentina Cristina Fernández. Asimismo, expresa su solidaridad "contra la desestabilización democrática en Venezuela" y denuncia un supuesto plan para crear un "cerco financiero" contra ese país.

El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, comentó estos tema en una entrevista que le dio a Rusia Today, medio público ruso, en la que además reflexionó sobre el legado de Barack Obama como presidente de EEUU y a quién prefiere como su sucesor. Sobre esto, dijo que si bien espera que sea Hillary Clinton, una eventual victoria de Donald Trump favorecería a América Latina, como pasó durante la administración de Goerge W. Bush. "Lo mismo ocurriría con Trump. Exacerba las contradicciones, pero por el bien de EEUU y del mundo, quisiera que gane Hillary", refirió.