Durante muchos años, Susana Higuchi no solo denunció la incipiente corrupción del régimen de su exmarido, Alberto Fujimori, sino que pasó a la oposición a su gobierno. Y una vez que cayó la dictadura, colaboró con la justicia para que los delitos que cometió su exesposo no quedaran impunes.

Hoy, la historia es distinta. La dama que puso su dignidad por encima de la cercanía del poder no solo ha olvidado esos episodios, sino que se ha puesto del lado del movimiento político que apoya a su hija, Keiko Fujimori, y que promueve la libertad de Alberto Fujimori. 

Pero no conforme con esto, ha pasado a jugar otro rol. Después de años de ratificar que Alberto Fujimori es quien pagó los estudios universitarios de Keiko en los Estados Unidos durante la segunda mitad de los años 90, ahora ha cambiado de versión. 

Esto fue lo que dijo hoy en declaraciones para Canal N:

"Las enseñanzas de mis hijos han sido pagadas íntegramente por mi padre (Koshiro Higuchi Uemura) todos los años y de todos mis hijos. Mi padre era millonario".

CAMBIO DE LIBRETO

Sin embargo, esa no es la versión que sostenía hace 15 años, cuando era convocada por comisiones del Congreso que investigaban el supuesto enriquecimiento ilícito de Alberto Fujimori. Según consigna una nota del diario La República del 28 de mayo del 2009, esto decía Higuchi Miyagawa en el año 2001:

“Desconozco cuánto ha sido el costo de los estudios (...), pero sí debo aclarar que presumo que el investigado (Alberto Fujimori) ha pagado y paga tales estudios, ya que ni la declarante (Susana Higuchi) ni su difunto padre (Koshiro Higuchi Uemura) han pagado nunca nada referente a los estudios de sus hijos, ni los viajes que estos han realizado dentro del Perú ni al extranjero, así como tampoco la compra de autos, pago de alquiler de departamento u otros”.

Con esto, Higuchi desmintió una versión que pretendió dar Keiko Fujimori, quien sostuvo en un momento que no solo Alberto Fujimori, sino otros de sus familiares financiaron sus estudios en Estados Unidos.

Quince años después, Higuchi, quien ya se olvidó de su rol opositor y fiscalizador de los años 90, cambia de libreto. Ya no le basta con apoyar a su hija en la campaña electoral, sino que recurre a un difunto (su señor padre) para ocultar un hecho relacionado con un presunto caso de receptación que ha prescrito, por el cual Keiko Fujimori iba a ser denunciada.

De haberse investigado más este caso de receptación, se hubieran puesto al descubierto muchos secretos sobre el enriquecimiento ilícito de Alberto Fujimori; pero, al menos por esta vía, quedará en nada.

¿Con qué otra sorpresa nos saldrá la señora Susana Higuchi en las próximas semanas? No se pierda el próximo capítulo.

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