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Yanacocha: "Nosotros queremos solucionar con diálogo el conflicto con Máxima Acuña"

Javier Velarde, gerente general de la minera, conversa con LaMula.pe y da su versión respecto de su disputa con la campesina ganadora del premio ambiental Goldman.

Publicado: 2016-05-02

Piso 4 de la sede de la empresa Minera Yanacocha en Miraflores. Espero a Javier Velarde, gerente general, quien llega a los pocos minutos. Luego del preámbulo de la presentación correspondiente conversamos. Él y su equipo de Comunicaciones están al tanto de que Máxima Acuña ha tenido acogida en nuestro portal, así como el comunicado de la compañía en la cual rechazaba haber hecho disparos en las inmediaciones de la vivienda de la cajamarquina ganadora del Premio Goldman

La convocatoria es para escuchar su versión de los hechos. Una constante de Velarde en la conversación es el llamado al diálogo. “Siempre hemos estado buscando un diálogo con la señora Acuña, pero no ha sido posible”, dice la primera vez. Le replico que ella no quiere conversar con la empresa porque considera que la amenaza, que la ha tratado mal, que la acusa injustamente de usurpadora. “Para ella, ustedes son el monstruo; es comprensible que no les crea esa intención de dialogar”, le digo. “Este es un tema complejo que tiene muchas aristas y que es muy sensible para la población y para la opinión pública, para las autoridades, y para nosotros también es muy preocupante”, responde.

Velarde me cuenta los orígenes del conflicto y se remonta hasta 1996, cuando la empresa compras terrenos a la comunidad campesina de Sorochuco. “Esto es público, y se hizo con acuerdo de las asambleas, y se inscribió en los registros públicos. Hay documentos. El predio se paga en parte a la comunidad, y parte a cada uno de los posesionarios que finalmente van a tener que transferir la posesión. No hubo ningún problema”, argumenta.

Y agrega que los comuneros nunca han cuestionado su posesión. “No hemos tenido ningún problema con ellos. Hasta el 2011, quince años después de que se compra y se nos entrega el terreno. En el 2011 viene la señora Acuña e invade el terreno con su familia, alegando que ellos son los propietarios. Dicho sea de paso, es muy común ver que comuneros quieren recuperar sus terrenos y dicen ‘Bueno, mi padre vendió pero no me dio nada, y voy a recuperar lo que era de mi padre’. Se les dice que eso no es posible, y que lo que sus padres vendieron ya lo vendieron”, añade.


Pero Máxima Acuña señala que lo que se le vendió a ustedes no fue su predio, y ella cuenta con un contrato de compra-venta del terreno que le vendió Esteban Chaupe y un certificado de posesión…

La señora Acuña tiene dos documentos. Uno es un certificado de posesión de 1994. ¿Qué es un certificado de posesión? Es un certificado que dice que alguien está en posesión de un inmueble en un momento dado. Es el equivalente a un certificado domiciliario en la ciudad. Voy a la Comisaria y pido mi certificado domiciliario. El policía va y constata que vivo ahí, y me da el certificado domiciliario. Eso no me convierte ni en propietario ni en titular de un derecho de posesión que puedo ejercitar hoy día y 20 años después. Veinte años después vendo la casa, o la alquilo o la pierdo, y no puedo ir con mi certificado domiciliario a decir, yo vivía acá hace diez años, y me regreso. El certificado de posesión es eso. Es un certificado que dice que alguien estaba en posesión de un inmueble en un tiempo determinado, y esto era en el año 1994, antes de que se produzca la venta, antes de que se entreguen los terrenos. 

Tiene efectivamente un documento, no un contrato de compra-venta, no recuerdo el título exacto, pero es un contrato de transferencia de mejoras, o algo por el estilo. De hecho, en una parte del documento se dice que no le están transfiriendo la propiedad porque no son propietarios, sino que corresponde a la comunidad de Sorochuco. Entonces, no es un documento de transferencia de propiedad.

Cuando la señora Acuña dice que lo que se compra no es lo que vendía su suegro. Eso no es cierto. Cuando uno mira la delimitación, el documento tiene una delimitación como la que suele hacerse en el campo. En función del borde de la quebrada tal, hasta el cerro tal, hasta el límite de la propiedad del señor tal, y ese tipo de cosas que no serán coordenadas GPS, pero es un límite bien determinable.

¿Esto ha tenido un peritaje oficial?
En el proceso judicial eso es lo que se va a determinar. Nosotros lo hemos hecho de nuestra parte. Hemos realizado más de 3 mil compras de terrenos entre Yanacocha y Conga. Normalmente los terrenos que se compran, se compran así. En muchos casos, el propietario tiene un título cuyos límites están definidos con esas características: el cerro tal, el límite de la propiedad de fulano de tal con el riachuelo x. Entonces, no es muy difícil delimitarlo. Nosotros lo hemos hecho con nuestro equipo de tierras. Hemos hecho la delimitación y nos queda perfectamente claro cuál es el terreno que reclama la señora Acuña, y se superpone perfectamente sobre el terreno que vendió su suegro. Que vendió la comunidad, en realidad, y su suegro era el posesionario. O sea que eso de que son predios distintos, de ninguna manera. Son los mismos predios.
Pero Máxima insiste en que es su propiedad...
El Poder Judicial al final es el que va a hacer el peritaje oficial. Yo te puedo mostrar, mira acá está nuestro peritaje de parte, pero es eso, un peritaje de parte.
Máxima y su abogada, Mirtha Vásquez, podrían decir lo mismo…
Solamente tienen el documento con los límites y dicen que no corresponde, pero no hay un peritaje oficial con un geógrafo o un topógrafo que haya ido a la zona a identificar que el terreno de Máxima está aquí, o el que vendió el señor está allá.
¿Por qué no ir a lo civil? ¿No sería lo más lógico?
Sí, hemos iniciado también un proceso civil. La razón por la que se inició el proceso penal al comienzo tiene dos razones. Una, que estábamos iniciando el proyecto Conga en ese momento, y una acción penal para este tipo de casos de usurpación es mucho más expeditiva. El proceso es mucho más corto, el peritaje se hace en el acto, y se obtiene un resultado más rápido. La segunda razón es que quien optó por la vía penal fue Máxima, porque ella nos denunció. Entonces, es como que ya había un precedente, una denuncia existente, y ante la misma fiscalía nosotros presentamos la denuncia.
¿No es un error argumentar que detrás de esto está Marco Arana? Cuando uno conversa con Máxima Acuña de inmediato se da cuenta de que no tiene una postura ideológica. Por ahí no va el problema con ustedes. Ella no confía en ustedes, así de simple, y duda mucho de que hagan una minería responsable. ¿Decir que es una posición antiminera no es un búmeran para ustedes?

Quizás, pero la opinión pública tiene derecho a conocer la historia completa. Es cierto que la señora puede tener convicción respecto a que tiene un derecho. Yo no creo que la señora Acuña sea una fabricación de la Grufides y que la han instado a invadir. Para nada. Lo cierto es que esto es un problema de tierras, y los conflictos de tierras nosotros los hemos resuelto rápidamente. ¿Cuál es el único factor que hace distinto este conflicto de tierras de otros conflictos de tierras que hemos tenido y resuelto rápidamente? La presencia de Grufides. Para mí es un hecho que Grufides tiene este conflicto de tierras con fines que van más a su agenda que a la de la señora Máxima.  

Han caracterizado este conflicto como un conflicto ambiental. El discurso de la señora Acuña ha ido evolucionando en el tiempo y de eso nos damos cuenta todos. Ha pasado de ser una reivindicación de sus derechos de tierra y de propiedad a ser una reivindicación por la defensa del agua y de la naturaleza, que no era en ese entonces. Eso se da después, cuando entra Grufides.

¿La solución no depende de ustedes?
El conflicto con la señora Acuña se puede resolver fácilmente.
¿Cómo así?

Hay dos posibilidades. Una es a través del diálogo, y nosotros estamos más que dispuestos a dialogar. Hemos buscado a la señora, y ella misma lo ha reconocido en entrevistas. Ella ha dicho: “Sí ellos me han buscado, pero yo no quiero hablar con ellos”. Para nosotros el diálogo es la forma de solucionar este tipo de cosas.  

La otra posibilidad es esperar a que llegue un pronunciamiento judicial. Mientras haya un pronunciamiento judicial, la señora ya está posesión del inmueble. Nos guste o no nos guste, está en posesión del inmueble y nosotros somos respetuosos de ello.

Entonces, ¿cuál es el problema?

El problema, lo que genera fricción con la señora Máxima, es que cada cierto tiempo ella trata de construir otras chozas a 100, 200 o 300 metros. Ella construyó la suya y vive ahí, pero trata de construir otras chozas de ichu que se construyen en una hora, además. Fuera de la propiedad que ella está ocupando. Es decir, trata de expandir esa posesión que ya tiene a otros predios, a otras zonas. Trata de ampliar el ámbito de la zona que está ocupando. 

Cada vez que se produce una construcción, nosotros tenemos que esperar que la señora se retire para evitar cualquier tipo de confrontación y vamos y removemos la choza. Cuando la removemos, la señora Acuña sale en los medios a acusar a Yanacocha de que estamos destruyendo su vivienda. Eso no es cierto. La vivienda la tiene ahí, la construyó y la utiliza y nadie la molesta en su vivienda. Nosotros no queremos perturbar su posesión en lo más mínimo. Nosotros ya tomamos la decisión de que vamos a esperar el pronunciamiento judicial. Si toma un año, dos, cuatro o cinco, tendremos que esperar. Pero tampoco podemos permitir que la señora Máxima construya más chozas y vaya ampliando su predio a uno mucho mayor. Nosotros no tenemos ninguna intención de hostigar a la señora.

Entonces, durante todo este proceso se han dado una serie de eventos que evidencian que no solo es un conflicto de tierras sino que lo que se quiere es afectar la reputación de la empresa, diciendo que se quiere destruir su casa. La vez pasada dijeron que le habíamos robado los cuyes. ¿Cómo fue eso? Fue muy similar. Construyó una choza a 300 metros y dejó ahí 9 cuyes. Nosotros fuimos a derrumbar la choza y nos encontramos los cuyes ahí, se los entregamos a la policía para que haga un acta. Se los llevaron a la señora Chaupe y no los quiso recibir. ¿Por qué no quiere recibir los cuyes? ¿Para poder decir que se los han robado? No lo sé.

Yanacocha no, pero tal vez sí gente de su seguridad. ¿Cómo controlan ustedes a su personal de seguridad? ¿No es posible que se cometa algún abuso y escape a ustedes?
La vez pasada también se dijo que le habíamos acuchillado a su perrito.
Es lo que se dice. También nos han contado de las tranqueras. Que no hay libre circulación a su casa, tiene que irse por otro lado. Cuando han ido periodistas han tenido que tomar otra ruta…

Vamos por partes. El perrito. La acusación del perrito la hizo el hijo de Máxima Acuña. Él contó que estaba haciendo un trabajo, ayudando a unos amigos, y salió de la casa. Cuando volvió encontró al perro con un corte en el cuello. Él asumió que habían sido los guardianes de las alpacas. Él dijo que habían sido los de Yanacocha. Llamó al abogado e hizo la denuncia en los medios, y eso derivó en un plantón frente a nuestras oficinas. Tal vez se lastimó en el corral de alpacas a 100 metros de la propiedad de la señora Chaupe, que no tiene alambrado de púas, pero tiene alambrón de gallinero.  

La gente que trabaja en el corral de alpacas son comuneros de la zona, no son personal de seguridad de la empresa. Son comuneros. La acusación no ha sido hacia el personal de seguridad de la empresa sino a los que trabajan en el corral de alpacas, que son comuneros de la zona y no tienen por qué estar atacando al perrito de la señora.

Nuevamente, ¿ustedes supervisan a su personal de seguridad?
Nosotros tomamos los servicios de seguridad de forma muy responsable. Nosotros, como Newmont, somos firmantes de los principios voluntarios. Los principios voluntarios en derechos humanos están especialmente diseñados para que las empresas de seguridad no cometan violaciones de derechos humanos en el desarrollo de sus actividades, y nosotros les damos una supervisión muy estricta que incluye verificar su récord. No puede haber nadie prestando servicios a nuestras empresas de seguridad, que haya tenido antecedentes penales, criminales, que haya estado involucrado siquiera en alegaciones sobre violaciones de derechos humanos. Nosotros les exigimos a la empresa que cumpla con una serie de entrenamiento en temas de derechos humanos, y nosotros les damos entrenamiento también a los agentes de seguridad en temas de derechos humanos. Cómo comportarse, cómo interactuar con la gente.
Máxima ha acusado que la han cercado…
Efectivamente, ella dijo que no podía acceder a su propiedad porque la habíamos cercado. Yo te invito a que vayamos a la zona para que puedas verificar cómo es. Pero mientras tanto te explico. Es zona de jalca donde hay un camino que nosotros hemos construido hace muchos años.
¿No es un camino que ya existía y que ustedes han asfaltado?

No. Es un camino que no existía. Eso es lo que dicen Mirtha Vásquez y Grufides desde mucho antes de que la señora Acuña apareciera en escena. Esta es una narrativa no de la señora, sino de Grufides. Ellos dicen que son caminos ancestrales. Nosotros tenemos planos aerofotográficos, no de Yanacocha sino del sistema nacional, y planos de Google Earth. Fotos satelitales que muestran desde cuándo había un camino y cuándo no había un camino. Tenemos además, la declaración del Ministerio de Transportes y Comunicaciones que dicen que ahí no existía un camino ancestral. Tenemos también los permisos que solicitamos al momento de obtener la autorización para la construcción de esos caminos. Ese camino no existía, no es un camino ancestral. Nosotros lo hemos construido para hacer nuestro trabajo de exploración.

Entonces, hablamos de un camino privado...
Es privado. Una vez que entra al límite de la propiedad hay una garita y ahí se tienen que identificar. Tampoco es que no dejemos entrar a nadie. Por ahí circulan los comuneros, pero se tienen que identificar, porque por ahí, ahorita no, pero en su momento había maquinarias y trabajo.
Para los comuneros no hay problema, pero, por ejemplo, cuando periodistas han querido visitar a Máxima han tenido que darse la vuelta.
Cuando llegan los periodistas, que llegan con cámaras y todo, tienen que solicitar autorización. Es como cuando tú has entrado acá, cuando llegas a la puerta no es que la abriste y entraste.
¿Me dice, entonces, que se puede visitar a Máxima?

Se hace todo el tiempo. No solo con periodistas. Con autoridades, con ONG, con visitantes. Todo el tiempo. Si tú decides ir, avisas con anticipación y tu nombre va a estar en la puerta. Simplemente llegas y te dicen pase señor. Si llegas de improviso nos llaman y nos dicen aquí hay un periodista, verificamos quién eres y pasas. 

Lo que ha ocurrido con Grufides es que ha llegado con prensa internacional, con turistas, con miembros de ONG, pero no pide autorización, no avisa.

¿En ningún momento le niegan el acceso a Máxima?
No. Ella circula por ahí todos los días. No es que vive aislada en un cerco del que no puede salir ni entrar. Es pampa, es de libre acceso. La señora nunca ha estado cercada. Tiene libre acceso. El camino es un camino privado, no es un camino ancestral, pero cualquiera puede circular en la medida que se identifique. 
El personal de seguridad de Yanacocha hizo disparos contra la vivienda de Máxima?
No. Esto se convirtió en un escándalo mediático, que por supuesto nos preocupa a todos. Yo, que estaba en Estados Unidos, escuché esta noticia, y no es que pensé “ah es otra de las mentiras de la señora”. No, yo me preocupé. Me queda clarísimo que no vamos a ser nosotros porque nuestro personal de seguridad no tiene armas. Pero me queda la preocupación. Llamé inmediatamente por teléfono al departamento de seguridad y pedí que vayan a chequear.
Máxima asegura que sufre un maltrato de ustedes. Por eso no cree en las intenciones de diálogo de ustedes.

No me cabe la menor duda. Se ha creado un clima hostil entre la empresa y la señora. Eso es innegable y es absolutamente lamentable. 

Pero nosotros, aunque ella no lo crea, queremos dialogar. Desgraciadamente, el ambiente general que se ha generado a raíz de este conflicto no ayuda a que haya un diálogo posible. Pero nosotros vamos a insistir. Seguiremos insistiendo. Nuestra posición es que esto tiene que ser solucionado por el diálogo. Ni siquiera por el Poder Judicial, sino por el diálogo.

¿Si el Poder Judicial resuelve a favor de ella?
Obviamente se le entregará el terreno.
Entonces, ¿por qué no se lo dan de una vez? Yanacocha se desprestigia con este conflicto.
En primer lugar, no creemos que ella gane. Tú has tocado un tema válido. En buena cuenta lo que estás diciendo es si vale la pena todo este problema, todo este impacto reputacional. Entonces, ¿cuál sería nuestra terquedad? ¿No? Hay varias razones. Uno, que la propiedad se tiene que defender. Puede ser que aquí se está hablando de 10, 15 o 20 hectáreas. Pero si nosotros terminamos cediendo ante quien invade la propiedad, ¿qué crees que va a suceder en los próximos meses? Todos los campesinos van a invadir la propiedad. Especialmente aquellos que vendieron. ¿Por qué a la señora Acuña sí y a mí no? Eso es lo que haría si yo fuera campesino. Si veo que al primero que invade le devuelven la tierra, entonces yo también invado. Y eso terminaría matando el proyecto. Si hay una invasión masiva de propiedad del proyecto sería terrible.
¿Cuál es la crítica de Yanacocha en el conflicto con Máxima?

Siempre hay lugar a una autocrítica. Pero sobre todo me hubiera gustado que todas las partes pongamos más énfasis en el diálogo que en el cauce legal; y creo que todos fallamos ahí. No solamente nosotros. Todos los involucrados en este conflicto debimos haber puesto más énfasis en el diálogo, apostar por el diálogo, por una salida consensuada, y no por la parte judicial que debe ser siempre el último recurso.


A lo largo de la conversación, Velarde ha rechazado las acusaciones de Máxima Acuña. Yanacocha, pues, tiene su versión. Nos despedimos, no sin antes reiterar que quien desee ir a visitar a la familia Acuña puede hacerlo, previa coordinación. Ahora, usted, amigo lector, juzgue.


(Fotos: Andrea Jibaja)


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Escrito por

ALBERTO ÑIQUEN G.

Editor en La Mula. Antropólogo, periodista, melómano, viajero, culturoso, lector, curioso ... @tinkueditores


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Redacción mulera

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