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La ratificación e implementación del Acuerdo de París es urgente para enfrentar el cambio climático

LaMula.pe conversó en Nueva York con Mariana Panuncio, directora de cambio climático para Latinoamérica y el Caribe de WWF, sobre la suscripción del documento aprobado en la COP21 y los retos que tenemos por delante. 

Publicado: 2016-05-01

Recientemente en Nueva York, 175 países suscribieron el Acuerdo de París contra el cambio climático que se aprobó en diciembre pasado en la COP21. Nunca antes tantos países habían firmado una convención internacional de este tipo, y se espera que a lo largo de este año lo hagan otros países. 

"Estamos en una carrera contra el reloj", advirtió el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que insistió en que el "futuro" del mundo depende de los progresos hacia una economía baja en emisiones.

Se ha dado un gran paso, ciertamente, pero ahora quedan otros mucho más grandes: la ratificación (en los parlamentos de cada Estado firmante) y la implementación. LaMula.pe conversó con Mariana Panuncio, directora de cambio climático para Latinoamérica y el Caribe de World Wildlife Fund (WWF), sobre esta suscripción y lo que se viene para enfrentar el cambio climático.


¿Cuáles son las expectativas que debemos tener ante lo suscrito en Nueva York?

Este paso es importante porque nuevamente reafirma la señal política de los países del mundo de llevar el acuerdo de París a la realidad. Tener una presencia de tantos países en Nueva York ha sido importante porque da una señal política de compromiso para lo que se logró en diciembre, y los países ya van a dar un segundo paso. Hay varios pasos, pero el siguiente desde el punto de vista concreto para el acuerdo es el de la ratificación. Necesitábamos que un mínimo de 55 países que cubran el 55% de las emisiones ratifiquen el acuerdo para que entre en vigor. Quienes están firmando el acuerdo no solo se están comprometiendo a dejar su linda firma en Nueva York, sino a llegar a casa a ratificar para que el acuerdo pueda entrar en vigor, ojalá lo antes posible.  

El otro tema es la implementación, porque estamos hablando de cómo avanzar hacia esas metas. Es de acuerdo a las circunstancias de cada país, pero entendiendo que entre todos debemos llegar a esa meta en común. Entonces, básicamente mensajes de urgencia de compromiso con la implementación, y sobre todo mensajes no solo de compromiso con la ratificación sino la implementación, y después compromisos para acelerar los esfuerzos. Sabemos que lo que se puso sobre la mesa el año pasado no es suficiente ni congruente con la meta de mantenernos debajo del grado y medio. También es absolutamente claro que de lo que estamos hablando es aquí en Nueva York, pero mucho después, en el contexto de la implementación, ver que realmente esta es una prioridad política, económica y estratégica y que se va a escalar en los esfuerzos para avanzar hacia la meta que estamos buscando.

Algo importante es que no alcanza con firmar, no alcanza con ratificar, incluso no alcanza con implementar lo que tenemos hasta ahora. Tenemos que implementar y hacer incluso más

No obstante lo avanzado, hay quienes consideran que el Acuerdo de París es uno de buenas intenciones y no uno vinculante... 

Lo que estamos construyendo no lo vamos a lograr de la noche a la mañana. Es decir, estamos hablando de un esfuerzo sostenido que nos va a involucrar, a vos, a mí y a todos por el resto de nuestras vidas, y también va a involucrar a las siguientes generaciones. Entonces, esto no es algo que vamos a lograr este año ni el que viene. 

El Acuerdo de París puede lograrse si realmente esa voluntad política se mantiene en el tiempo y si logramos alinear los intereses económicos, políticos y sociales para crear una nueva sociedad que sea más justa, pero que también responda al planeta que tenemos hoy y al planeta que queremos tener en el futuro. Entonces, ante eso, como sociedad civil, debemos seguir absolutamente vigilantes de cómo está avanzando la situación, y presionar a los que se comprometieron, porque se comprometieron a que el planeta iba a quedar por debajo de los 2 grados, incluso por debajo del grado y medio.

En parís, la sociedad civil exigió más de los compromisos a los que llegaron  los estados participantes en la cop21.

Nosotros debemos mantener esa presión, ese fue el compromiso y eso es lo que estamos esperando. Ya se ha incrementado la temperatura un grado, y esperamos que no suba más de un grado y medio. Es un compromiso compartido. Todos tenemos que mantenerlo y no podemos bajar los brazos. 

Como WWF, vemos como muy importante la implementación de los compromisos adquiridos. Un tema fundamental es incrementar la ambición que se puso sobre la mesa, pues las contribuciones nacionales (las INDC)que se pusieron sobre la mesa no fueron suficientes y no son congruentes con esa meta. Entonces, qué nuevas oportunidades van a identificar los países de aquí al 2018 cuando haya un diálogo global sobre las contribuciones nacionales. Vamos a estar muy de cerca viendo esto en todo el mundo, y sobre todo en Latinoamérica.

¿Cuán preparada está América Latina para esta primera fase?

Obviamente la situación de cada país varía en la región. Tenés un país como México, que en este momento está apuntando a tener una ratificación por parte del senado en setiembre. Por otro lado, tenés a Brasil, que en este momento está viviendo circunstancias mayores que van a afectar el ritmo del proceso de ratificación. Este involucra no solo al Poder Ejecutivo sino también al Legislativo, esto tiene su ritmo en cada país.  

Lo que vamos a tener es un escenario con procesos más ágiles que otros. Ahí es donde creo que el rol de la sociedad civil debe ser preponderante, debemos hacer que este tema no quede relegado a un costado y dilatado para dos o tres años. Es algo en lo que vamos a tener que estar muy vigilantes para que no ocurra.

En la COP 21 todos hablábamos de bosques y eso se transmite en el Acuerdo de París. Sin embargo, cada gobierno tiene un discurso y sus leyes internas no siempre van en paralelo con lo que se ha dicho ante la platea internacional. Hay países con amenazas de tala ilegal, abuso del cultivo de palma aceitera, minería ilegal, entre otras. ¿Cómo poner en práctica el discurso?

Tu pregunta es excelente y es la pregunta del millón. Lo que vemos en nuestros países es muchas veces una gran incongruencia que se da porque los temas ambientales en general, y ahora las consideraciones climáticas, aún no son incorporadas de manera transversal en los distintos sectores económicos. Aún no penetran en el quehacer de las estrategias sectoriales.  

Hay compromisos de reducción de la deforestación, pero a la larga cómo eso permea en nuestras prioridades que tienen que ver con cumplimiento de la ley, ordenamiento territorial, básicamente garantía de derechos de quienes viven en el bosque, hacer un seguimiento a los procesos de exportación de la madera. Toda esta cadena todavía no responde a esas metas.

Debemos recordar que estamos hablando de procesos de institucionalización de esto que nos va a tomar un tiempo. Ante esa disyuntiva, creo que debemos trabajar desde varios frentes. Es decir, hay un frente que tiene que ser la construcción de política pública, y ésta debe hablar no solo a nivel político del cambio climático, sino sobre todo a nivel regulatorio, que realmente vele por responder a esos compromisos.

la lucha real contra La  deforestación de los bosques, tarea pendiente de los gobiernos.


Es una decisión que pasa por los gobiernos, empresas, sociedad civil...

En los planes nacionales y subnacionales hay que velar porque los compromisos se implementen. Ahí es donde la veeduría, que no es únicamente responsabilidad del gobierno, sino el involucramiento de todos. juega un papel fundamental. Esto significa no solo la sociedad civil organizada, sino realmente apelar a que las empresas cumplan su parte. A quienes dan préstamos que cumplan su parte. Es decir, si los bancos ponen filtros donde realmente se toman en cuenta los riesgos climáticos y los otros riesgos ambientales. Si las empresas ponen realmente de su parte y buscan en su cadena de valor que no haya deforestación ni degradación. Si las comunidades y quienes tienen territorio ponen de su parte y hay un gobierno que apoya a que ante invasiones haya respuestas, y una sociedad civil involucrada y medios involucrados. Es decir, progresivamente podemos ver un cambio. 

Nuevamente, esto no es algo que va a ocurrir de la noche a la mañana, pero ahí es donde veo la importancia de un círculo virtuoso, y me refiero al hecho de que debemos tener acción desde la realidad local y nacional, pero también necesitamos el espacio internacional donde podemos cotejar lo que se está haciendo en terreno con lo que necesitamos a nivel global, y asegurar que la sumatoria de estos esfuerzos abra la pregunta de si esto es suficiente, si los esfuerzos están siendo suficientes, si se está implementando, si está habiendo cooperación en nuestros países para que esto ocurra. Entonces, no es una respuesta simple a tu pregunta. Sería bueno poder decir uno, dos, tres, pero son problemas de gobernanza mucho más profundos. 

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Pareciera que no a todos los ciudadanos les importa luchar contra el cambio climático. ¿Consideras que hay la información adecuada?

De acuerdo. Y básicamente de lo que estamos hablando, en general, los temas de sostenibilidad ambiental, y ahora consideraciones climáticas, hasta ahora solo se han tratado como una externalidad. Un tema de interés secundario, específico, que no es relevante para mi vida ni mi quehacer. La pregunta que yo me hago, y que siempre hago, es que creo que para nuestra región de lo que estamos hablando es de qué tipo de desarrollo queremos. Hablamos mucho de la vulnerabilidad de Latinoamérica y estamos viviendo esa situación. En este momento, vos que estás siguiendo todo este proceso, ves que estamos hablando mucho de la importancia de acá al 2020, al 2030, al 2050, donde literalmente podemos estar poniendo en marcha un futuro completamente distinto, no solo para nosotros, no para las generaciones que vendrán. Estamos hablando de nuestros hijos. Yo tengo una nena de 3 años, cuando sea el 2050, mi nena va a tener 38 años. Entonces no es algo lejano que vendrá algún día. Qué futuro van a tener mi hija y los niños que ahora tienen la edad de mi hija, eso se está decidiendo ahora.

Hay todavía una sensación de que el tema ambiental y climático es lejano y no tiene que ver con nuestra vida cotidiana. Ese es un gran cambio cultural. Esa cultura se refleja en cómo hablamos del tema, en cómo tomamos decisiones en torno al tema, en cómo evaluamos a nuestros gobernantes en torno al tema. Eso es algo que no es un tema de hoy, ayer o anteayer. Es un tema de cultura. Nos hemos comportado como si el planeta no tuviera límites, y eso es un tema que nos involucra a todos y es por eso una de las cosas que nosotros hemos estado haciendo. 

En el Perú, por ejemplo, los candidatos a la presidencia no han debatido sobre estos temas.

Las decisiones que el próximo gobierno del Perú tome deben tener en cuenta las grandes inversiones a nivel de energía para el desarrollo del país. Va a decidir qué modelo agrícola va a mantener o modificar, y eso va a tener futuro para los bosques del Perú. Todas esas decisiones no son decisiones para dentro de 15 años, son decisiones que se vienen ahora. Todos debemos entender que es un tema de desarrollo, y en ese sentido es responsabilidad de todos, y te incluyo a vos y a todos los medios. Cuando hablamos de qué desarrollo queremos, no podemos dejar el cambio climático para la columna ambiental o para el 22 de abril o para cuando viene la COP. 

La gran pregunta para el nuevo gobernante peruano -y para los otros de la región- es qué inversiones va a hacer e inversiones en base a qué modelo de desarrollo. En los próximos 15 años Latinoamérica va a estar en un proceso exponencial de demanda de energía, y la gran pregunta es cómo va a suplirla. Esa pregunta la tiene Perú, que todavía tiene desafíos de acceso a la energía y deseos de comprar o vender energía a otros países. ¿En base a qué tipo de energía van a hacerlo?   


(Foto cabecera: El Espectador)


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Escrito por

ALBERTO ÑIQUEN G.

Editor en La Mula. Antropólogo, periodista, melómano, viajero, culturoso, lector, curioso ... @tinkueditores


Publicado en

Redacción mulera

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