Luego de la retención temporal que sufrió de parte de la Policía Federal brasilera, allanando su vivienda en San Pablo y llevándolo hacia una comisaría para que responda sobre una acusación de recibir bienes de parte de empresas relacionadas al caso Lava Jato, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva se defendió de las acusaciones de la Fiscalía de su país.

Desde el local central del Partido de los Trabajadores (PT), que fundó en 1980 y que gobierna el país desde el 2003 (con un mandato suyo hasta 2010 y con la presidenta Dilma Rousseff desde 2011), Lula ofreció una conferencia de prensa, en la que cuestionó la manera en que fue conducido por la policía.

"Estoy indignado porque se me juzga anticipadamente (...) Pasé por muchas cosas, pero hoy me sentí un prisionero. No le debo nada a nadie ni le tengo miedo a la Justicia. La idea es criminalizar al PT, criminalizar a Lula (...) no han dejado que Dilma (Rousseff) gobierne el país".

La medida tomada por la Fiscalía y la Policía Federal ocurre, coincidentemente, justo una semana después de que Lula anunciara que podría presentarse como candidato presidencial en las elecciones del 2018.

PT: "ES OPERACIÓN POLÍTICA"

Ante lo ocurrido con Lula por la mañana en San Pablo, el presidente del PT, Rui Falcão, anunció que su partido se movilizará para respaldar al expresidente de lo que consideran una "operación política":

"Estamos llamando a la militancia, en este momento grave en que se monta una operación política, un espectáculo mediático en torno a Lula y su familia, para que todos los directorios del partido en sus estados entren en vigilia, aguardando el desenlace del testimonio del expresidente (...)".

Falcão agregó que no había "ninguna necesidad" de realizar tal operativo, puesto que Lula acudió "todas las veces que fue convocado a declarar""Es un espectáculo político que muestra el verdadero carácter de esta operación: no se trata de combatir la corrupción, sino simplemente de alcanzar al PT, al expresidente Lula y al Gobierno de la presidenta Dilma", sostuvo.

Por su parte, el Instituto Lula, fundación que dirige el expresidente, sostuvo que la retención al líder del PT fue "arbitraria, ilegal e injustificable"  y que constituye "una afrenta contra la ciudadanía y contra el pueblo". "Es una agresión al estado de derecho", indicó la organización en un comunicado.

"Nada justifica la conducción coercitiva de un ex presidente que colabora con la Justicia, espontáneamente o siempre que ha sido citado (...) (Este operativo policial) es una violencia que ha sido desencadenada para someter al ex presidente a la vergüenza pública".

MOVILIZACIONES DE APOYO EN TODO EL PAÍS

Entre tanto, diversas organizaciones sindicales y populares del país vienen realizando movilizaciones en varias ciudades, como San Pablo, Porto Alegre, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Brasília, entre otras.

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