En la actualidad, si un arma está comprometida en un delito no es posible determinar cuál es su origen ni quién es el propietario de la misma, lo cual evidentemente es una traba para las investigaciones policiales.

Ante esta situación, la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (SUCAMEC), con el apoyo técnico de Naciones Unidas, inició un proceso de marcación secundaria de armas de fuego, un proceso que consiste en colocar un código único con registro peruano a la armas para permitir su rastreo.

A través de una nota de prensa, la SUCAMEC informó que la marcación secundaria es aquella que se hace en un momento posterior a la marcación de fábrica (marca y serie) y consiste en colocar, mediante un sistema láser, un código que indique el país de importación, el año de importación, una numeración única hexadecimal y un dígito de verificación automática, que permitirán el registro y trazabilidad de las armas durante su circulación y cambio de propietario.

Esta medida, según indica la institución pública, puede ayudar a reconstruir la trayectoria de un arma en tiempo y espacio desde su fabricación hasta su último responsable legal, de esta manera se sabrá si el arma tiene un origen legal o proviene del tráfico ilegal, facilitando la investigación criminal, si ésta se encontrara envuelta en la comisión de un delito.

Lo cierto es que esta marcación corresponde a un proyecto piloto, dentro del marco del Programa voluntario de marcación secundaria de armas de fuego de las empresas de seguridad privada que la SUCAMEC ha emprendido con el apoyo de las Naciones Unidas. 

En este primer piloto se están marcando 600 armas pertenecientes a las empresas SECURITAS, SINSE y SEGUROC y se espera que más empresas de seguridad participen voluntariamente en el proyecto.

No obstante, cuando entre en vigencia la Ley 30299 (en proceso de reglamentación), la marcación secundaria ya no será voluntaria sino una obligación, que será implementada de manera progresiva.

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