Aunque desde hace meses las encuestadoras dan como resultado que Keiko Fujimori es la "líder indiscutible" en la intención de voto con miras a las elecciones generales del próximo año, e incluso diversos analistas políticos (algunos llevados por las cifras, otros por su corazón) afirman que ya tiene un lugar en la segunda vuelta; existen algunos detalles que no han sido tomados en cuenta.
Sin hacemos un repaso por todas las encuestas que se han difundido en los últimos tres meses, todas arrojan que aproximadamente un tercio de los consultados no está contento con ninguna de las candidaturas que están en los cinco primeros lugares.
En el caso de la realizada por GFK, difundida ayer domingo por el diario La República, el 17% de los entrevistados ha manifestado que votarán en blanco y viciado, mientras que un 19% (cifra nunca antes vista) afirma que no sabe o prefiere no opinar.
En total, esto suma 36%, que supera el 30% que exhibe la lideresa de Fuerza Popular. Pese a esto, algunos analistas han manifestado que si se quita el rubro de indecisos y blancos/viciados, la señora Fujimori se impondría en primera vuelta contabilizando los votos válidos. Sin embargo, esa posición no tendría asidero.
Según muchas investigaciones de expertos en temas electorales, la mayoría de votantes peruanos suelen tomar su decisión final una semana antes de los comicios, e incluso frente a la misma urna de votación. Pese a que en este momento las cifras de indecisos y blancos/viciados es alta, con el correr de la campaña, esta tendencia puede descender si un candidato logra captar la atención de este sector.LA HISTORIA Y LA REALIDAD SUPERAN LOS ANTICIPOS (Y LOS DESEOS)
Cuando las encuestas anteriores a las elecciones del año 2011 señalaban un posible escenario de segunda vuelta entre Ollanta Humala y la señora Fujimori, el porcentaje de indecisos y blancos/viciados era tan alto como el que se presenta para esta elección. Al final, la gente tomó partido por alguno de los dos, y apenas un 6% vició su voto.
Hace 25 años, era seguro que Mario Vargas Llosa, de la coalición conservadora Frente Democrático (Fredemo); y Luis Alva Castro, del Partido Aprista; pasaban a la segunda vuelta, y que el laureado escritor se impondría en la misma.
Sin embargo, un entonces desconocido ingeniero agrónomo, llamado Alberto Fujimori, quien hasta una semana antes de la elección tenía 3% de intención de voto, se coló en el segundo lugar con 29%. Luego, derrotó al futuro Nobel de Literatura con 62% de los votos.
Esto ocurrió en un contexto similar al que tenemos ahora, aunque no vivimos la precaria situación económica de entonces: un descontento total con los partidos políticos. Esa coyuntura favoreció a un Fujimori; pero la actual podría quemarle la película a otra Fujimori. La mesa está servida para cualquiera.
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