Hubo un tiempo en la política peruana en el que los candidatos a la presidencia (o a cualquier otro cargo) trataban de convencer a la ciudadanía a través de la explicación de sus ideas para gobernar, y la persuasión para que voten por ellos. Esto, agregado a los aciertos y errores en campaña, determinaba la elección de los votantes.

Eso cambió a partir de la década de Alberto Fujimori, cuando la crisis de los partidos políticos permitió que emergieran nuevos movimientos no inspirados por ideologías o programas, sino en base al carisma del caudillo. Muchos de estos se acostumbraron ya no a persuadir por medio del discurso de las ideas, sino del ofrecimiento de regalos a los electores.

El caso más reciente es el de Waldo Ríos, increíblemente elegido gobernador regional de Áncash el año pasado, pese a aparecer en un video junto al exasesor presidencial Vladimiro Montesinos en el que este le da una cantidad de dinero para pasarse a la bancada fujimorista. En su campaña electoral, Ríos ofrecía 500 soles a las familias de dicha región si resultaba elegido.

Como el de Ríos, existen muchos casos, que pueden llegar a su fin gracias a que el pleno del Congreso aprobó una modificatoria de la Ley de Partidos Políticos 28094, en la que agregó el artículo 42°, que dice lo siguiente:

“las organizaciones políticas (...) están prohibidas de efectuar la entrega, promesa u ofrecimiento de dinero, regalos, dádivas u otros obsequios de naturaleza económica, de manera directa o a través de terceros, salvo aquéllos que constituyan propaganda electoral”.

Este nuevo artículo, junto a las modificaciones de otros tantos en dicha ley, fue aprobado con 83 votos a favor, ninguno en contra y tres abstenciones, superando los 66 votos que se necesitan en el caso de esta norma, por ser una Ley orgánica.

Con esto, se espera que en próximas campañas no hayan más Waldo Ríos ni otros participantes en elecciones que hagan promesas semejantes, e incluso incurran en esto, como ha ocurrido en diferentes gobiernos regionales y municipalidades en diversas partes del país. Esta campaña electoral debe ser el comienzo de una nueva forma de hacer política.

Notas relacionadas en Lamula.pe:

Waldo Ríos ofrece regalar dinero para que lo elijan

Se acabaron los regalitos en la política peruana

Un 'partido' en una democracia sin partidos