(LaMula.pe desde París) “Es necesario involucrar al sector de los negocios y financiero. Los gobiernos no pueden resolver solos los problemas del cambio climático. Necesitamos que el sector privado se involucre cada vez más“, dice Hoesung Lee, economista surcoreano y presidente del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). Y añade que la ciencia debe responder qué ocurrirá con el planeta ante una subida de temperatura superior a 2 grados.

En la COP21 ha repetido lo que su institución viene diciendo desde años anteriores: los efectos del calentamiento serán irreversibles a menos que se mantenga el incremento por debajo de 2 ºC respecto a los niveles preindustriales. "Siempre habrá algo más que saber sobre el cambio climático, pero ya sabemos más que suficiente para actuar", subrayó.

Desde 1970, las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado un 80%, y desde 1990 lo han hecho un 45% hasta alcanzar 54 gigatoneladas equivalentes de dióxido de carbono (CO2) en el 2013. Si se mantiene el ritmo actual –un aumento del 2.2% por año–, el incremento de temperaturas estará entre 3.7 y 4.8 ºC para el 2100. Demasiado para evitar las consecuencias del cambio climático. 

El desafío ambiental estará -dice- en conseguir que el cambio climático no alcance la barrera de los 2 ºC, y por lo tanto, que no se produzcan los impactos ambientales que se esperan, además de todos los que ya han sido constatados: disminución de glaciares, aumento de la aridez o cambios fenológicos.

Para limitar las concentraciones atmosféricas a 450 partículas por millón de CO2 para el 2100 y respetar la barrera de los 2 ºC, las emisiones deben reducirse de 40% a 70% en el 2050 en comparación con los niveles del 2010. 

Si bien en estas semanas en París los gobiernos y sus negociadores tratan de ponerse de acuerdo en lograr un acuerdo global que permita enfrentar la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, y con ello, actuar contra el cambio climático, esta lucha también demanda la participación de los empresarios, como indica Lee líneas arriba, y de los individuos. “Todos los ciudadanos deberíamos cambiar nuestro hábitos en buena medida; esto no quiere decir que sea a peor, pero hay que concienciarse de usar el transporte público, medios de transporte poco contaminantes como la bicicleta, y consumir productos locales”, enfatiza.

Desde que el IPCC presentara los datos científicos en su IV informe en el 2007, en cada COP se ha intentado que el límite de 2 ºC se convierta en un objetivo vinculante. 

La COP21

A pesar de los avances en los discursos de los Estados, Lee indica que hace falta más conocimiento científico. “El reto fundamental es entender cuales son los límites planetarios y qué pasaría si se rebasan” por un incremento de temperatura causado por la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera. 

“No sabemos bien cuáles son esos límites ni qué ocurriría si fallamos en tomar las medidas necesarias para reducir emisiones. Lo que sí sabemos es que los principales riesgos del cambio climático están relacionados con lo que pase en un sistema planetario inmanejable“, explica.

“La ciencia nos dice que si superamos esos puntos de no retorno los impactos no serán lineales, que habría unas disrupciones tremendas en el clima de la tierra, pero sin duda es un área en la que necesitamos mucho más conocimiento. La ciencia del cambio climático debe conocer el impacto que tendrá el cambio de temperatura en los ecosistemas”, agrega.

“El reto fundamental es entender cuáles son los límites planetarios y qué pasaría si se rebasan” debido a un aumento de temperatura causado por la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera. 

En su opinión, el mayor desafío de la cumbre de París es el de la solidaridad internacional. "Las consecuencias del cambio climático afectarán a los países más desfavorecidos. Los países más ricos y contaminantes deben aceptar ayudar a los más frágiles y poco emisores”, dice. Y este es precisamente un tema álgido en la COP21. El financiamiento a favor de los países menos desarrollados. 

“No debemos olvidar que las grandes potencias quieren mantener su estatus y, además, en muchas de ellas existe un gran lobby de los combustibles fósiles”, finaliza. 


(Foto: carbonbrief.org)