El último miércoles el presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, informaba su autorización para iniciar el proceso que busca abrir un juicio político en contra de la presidenta de dicho país, Dilma Rousseff, con el fin de destituirla.

Cunha, un economista de 57 años conocido por sus posiciones ultraconservadoras y escándalos de corrupción, dio el visto bueno a la acusación por supuestas irregularidades fiscales cometidas por la administración de la mandataria en los últimos meses. Unas acusaciones que la propia Rousseff ha calificado de inconsistentes y frente a las cuales se mostró indignada pero tranquila.

¿Pero quién es realmente Eduardo Cunha? Se trata de un dirigente del oficialista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) que, sin embargo, en septiembre se declaró 'independiente' y pasó a prácticamente militar en la oposición.

Su rompimiento con la coalición que llevó a la presidenta Rousseff al poder, se dio precisamente poco antes tras la revelación del escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, acusado de pedir y recibir un soborno de cinco millones de dólares.

Aunque no es la única piedra del zapato que el político ha debido apartar de su camino. En el año 2000 salió ileso de una emboscada a tiros contra él y otro diputado en Río de Janeiro en medio de un escándalo sobre arreglo de licitaciones.

Sin ir muy lejos, en octubre de este año se puso una investigación penal en su contra por lavado de dinero, luego que autoridades suizas descubrieran en dicho país cuatro cuentas a su nombre.

Pero no solo eso, sino que poco antes de que ello se hiciera público intentó que la oficina del Fiscal General protegiera de este tipo de investigaciones a los políticos con inmunidad parlamentaria.

Y esto sin contar con que se trata de uno de los políticos más conservadores del país, que se opone abiertamente al reconocimiento de derechos a las personas LGTBI. Un fanatismo que se explica con la propiedad de más de 150 sitios de Internet con la palabra 'jesús' en sus direcciones.

Toda una joyita.

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