¿En qué coinciden Manuel Pulgar-Vidal, ministro del Ambiente peruano y presidente de la COP20; Laurent Fabius, ministro de Asuntos exteriores francés y presidente de la COP21; y Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC)? En su optimismo –por lo menos ante la opinión pública– sobre un resultado positivo en la máxima cumbre climática que se llevará a cabo en París del 30 de noviembre al 11 de diciembre: un acuerdo vinculante para limitar el calentamiento global a 2°C que entraría en vigencia en el 2020.  

Pero también hay otras coincidencias. Mientras esta semana se reúnen en Bonn negociadores de los 195 miembros de la CMNUCC (en lo que es la última y decisiva ronda negociadora previa a la COP21 para intentar cerrar un acuerdo contra el calentamiento global) y se van conociendo los compromisos de cada país para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) señaló que los compromisos medioambientales efectuados hasta la fecha por más de 150 países superan en 7 décimas el objetivo de que la temperatura no aumente más de 2°C.

El organismo indicó en un estudio que aunque el camino ya marcado tendrá un impacto positivo en el sector energético, se queda corto respecto a la cifra que se aspira acordar en la COP21, que se considera como el límite para evitar aumentos dramáticos de olas de calor, sequías, inundaciones y extinciones.

No es suficiente

De opinión similar es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que también ha manifestado que los planes mostrados por los países ricos y los principales países emergentes para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero no son suficientes para limitar el incremento de la temperatura global a 2°C. 

La OCDE acaba de presentar en Bonn el informe 'Mitigación del cambio climático: políticas y progresos' en el que analiza los últimos esfuerzos y las nuevas promesas hechas por sus 34 miembros y otros 10 países socios (Brasil, China, Colombia, Costa Rica, la India, Indonesia, Letonia, Lituania, Rusia y Sudáfrica), que en su conjunto representan más del 80% de las emisiones globales de carbono. "Los países han hecho esfuerzos, pero estos no son suficientes para alcanzar sus propios objetivos", dijo a la prensa la especialista en clima Mikaela Rambali, coautora del informe.

“Las economías avanzadas y emergentes han realizado progresos en la lucha contra el cambio climático, pero muchos se insertan en una trayectoria que les llevará a no alcanzar los objetivos de mitigación” de los efectos del calentamiento global, resume la OCDE.

Aunque la OCDE también ve cosas positivas, y destaca que casi todos los países analizados están reduciendo sus niveles de contaminación e implementando políticas medioambientalistas (como introducir mercados de emisiones, recortar los subsidios a los carburantes o invertir en tecnologías verdes), subraya que estas medidas no dan resultados de manera rápida. "Es necesario pasar de los compromisos a la acción", sentencia el informe.

De acuerdo con los autores del estudio, EEUU debería reducir anualmente sus emisiones entre 2.3% y 2.8% al año a partir del 2020, cuando su recorte anual en la actualidad es de 1.6%. La Unión Europea tendría que pasar de 1.8% a 2.8%. En tanto que China deberá acelerar el proceso necesario para desacoplar su tasa de crecimiento económico de la del aumento de sus emisiones.


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