Hablar del Perú-Chile no es solo referirse al "Clásico del Pacífico". Alguna vez no fuimos rivales en la cancha, sino que juntamos a los mejores futbolistas de ambos países, y conformamos una selección que regaló su mejor expresión del juego en la misma Europa.

¿Cómo se llegó a conformar este equipo?

En la década de 1920 el fútbol ya era un "boom" en Sudamérica. Se fundaban clubes por doquier, y no solo querían demostrar su calidad dentro de sus países, sino en el exterior. Por ello, hacían giras y se enfrentaban ante los cuadros más pintados de la época.

Así, clubes peruanos iban a Chile y clubes chilenos venían al Perú. El primer equipo chileno que vino a nuestras tierras fue el Santiago Footbal Club, que salió al viejo estadio de madera de Santa Beatriz (donde ahora está el Nacional), con banderas peruanas y ramos de flores. Poco después, el legendario Atlético Chalaco fue a la capital chilena a enfrentarse con el Colo Colo. Era el año 1928.

Los intercambios de visitas continuaron, hasta que en el verano de 1933, durante una gira del Colo Colo en Lima, el presidente de dicha institución, Walter Sanhueza, propuso armar un cuadro binacional para hacer una gira por Europa. El empresario peruano de origen irlandés, Jack Gubbins, recogió el guante. Así, se formó el cuadro con 17 futbolistas peruanos y cuatro del Colo Colo, entre los que destacaba Guillermo Subiabre, goleador chileno en el mundial de 1930.

futbolistas peruanos y chilenos en europa.

Este equipo salió del puerto del Callao en agosto de 1933, a bordo del Alkmaar, y pasó por diversos puertos peruanos, así como por lugares como Panamá y Curazao, lugares donde aprovechó para jugar algunos partidos, e imponerse sin piedad a sus rivales. Pero vendría una larga travesía hasta el puerto de Liverpool, donde les esperaba un fútbol distinto y largos viajes en tren por distintos países de Europa.

En esa travesía, Luis de Souza Ferreira, de Universitario de Deportes y el primer futbolista peruano en anotar en una Copa del Mundo (1930), sufrió hartos dolores estomacales que derivaron en una apendicitis. Por suerte, a su llegada a Liverpool, a fines de septiembre, fue operado, con lo cual no pudo seguir con la gira.

Pese a este inconveniente, el cuadro peruano chileno, bautizado como "All Pacific" por los europeos, se enfrentó en su primer partido al Bohemians, ante el cual empataron 1-1. La presencia de los sudamericanos desató una fiebre por ellos en las islas británicas, y al cuarto día disputaron su tercer partido, ante el Celtic de Glasgow, que los venció 2-1.

Poco después, caerían ante el Newcastle United (donde jugara Nolberto Solano a fines de la década del 90 y comienzos del 2000), por un categórico 6-1. La prensa local destacaba que los sudamericanos tenían "una técnica exquisita", pero podrían mejorar si no abusaban de la gambeta y disparaban más al arco.

Después de su estancia en el Reino Unido, el combinado "All Pacific" cruzó el Canal de la Mancha y llegó a la Europa continental. Allí, abundaron los viajes en tren, los partidos seguidos, las recepciones fastuosas, las comidas. Aunque llegaron algunos triunfos, esa seguidilla de actividades les comenzó a pasar la factura, y llegaron las primeras lesiones. En Alemania, fueron recibidos nada menos que por Adolf Hitler, que recién había llegado al poder y que desataría en los años siguientes una de las peores hecatombes de la historia mundial.

En España, llegarían caídas dolorosas: 4-1 ante el Barcelona y 10-1 ante el Real Madrid. La responsabilidad no fue de los jugadores del todo: el manager de la delegación Reynaldo Gubbins (hermano de Jack Gubbins) aceptó que ambos partidos se jueguen el mismo día, 8 de diciembre de 1933. Y eso que se reforzaron con dos franceses y un austriaco. 

Pese a la humillación por partida doble, los "All Pacific" continuaron en tierras hispanas, más precisamente en las islas Canarias. Allí, se impusieron a modestos equipos, hasta mejorar su palmarés final: 13 victorias, 13 empates y 13 derrotas.  Finalmente, el 18 de febrero de 1934 abordaron el barco "Virgilio", para llegar al puerto del Callao el 7 de marzo, donde fueron recibidos por una multitud emocionada.

Quizás esa experiencia sirvió a los peruanos en las siguientes competencias internacionales. En las Olimpiadas de Berlín 1936, conocedores del "Viejo Continente", aplastaron a Finlandia y superaron a Austria a pesar del árbitro; aunque este partido fue anulado por orden de la FIFA, por lo cual la delegación peruana se retiró de la competición

Pero las estrellas no tardarían en llegar: campeones bolivarianos en 1938 y sudamericanos en 1939, con "Lolo" Fernández como emblema. Esa gira no solo ayudó a hermanar a dos pueblos, sino a mejorar nuestro fútbol, como fue con aquella gira de Lajos Barotti en 1972. Una gira más no caería mal.