Escribe: Víctor Liza

Los habitantes de Pamplona Alta, en el distrito de San Juan de Miraflores, no solo padecen por la falta de agua potable y desagüe. Además de pagar precios altos por estos servicios básicos, también deben hacerlo por la luz eléctrica.

Aunque no sea tan básico como el agua, la luz eléctrica es fundamental porque garantiza mayor visibilidad a quien se desplaza en la calle, especialmente en la noche, garantizando de paso cierta seguridad. Y también dentro de las casas. Incluso es necesaria en ciertas horas de la tarde, cuando la neblina se hace más densa que nunca.

la falta de alumbrado público hace que no se pueda ver al fondo, aunque sea de día.

En algunas viviendas, la falta de luz eléctrica se suple con velas o lamparines. Sin embargo, al menor descuido puede degenerar en un incendio, que siendo complicado de apagar contando con todos los servicios descritos párrafos arriba, se pone cuesta arriba sin luz y sin agua, con consecuencias igual o peor de trágicas.

Conocedores de esta situación, los habitantes de Pamplona se han tenido que organizar para tener luz, debido a la falta de acción del Estado. En la localidad de Vista Hermosa, casi en la punta del cerro, los vecinos cuentan con electricidad recién desde hace dos años. Pese a la pobreza, han debido trabajar para juntar entre 500 y 700 soles y pagar por "jalar luz" a una asociación de vivienda cercana, nos cuenta Armando Mendoza, economista de Oxfam.

"Además tienen que pagar por el cable con el que 'jalan' la luz, y han gastado otros 1,000 soles en eso. Encima tienen que pagar por el servicio público de electricidad de la gente de otros pueblos cercanos, que está más consolidada", añade Mendoza, explicando una situación en la que el que tiene poco se aprovecha del que no tiene nada.

Un caso es el de Beatriz Escobar, que vive hace dos años en Vista Hermosa. Ella cuenta que tiene luz, "pero la 'jalo' de Nadine Heredia (asentamiento humano cercano), porque antes hemos estado con velas. No sé cómo hicieron para tener luz". Escobar narró que "nos ha tomado tres meses conseguir todo el dinero, con el trabajo de mi esposo y haciendo actividades. Yo he venido de la casa de mi suegro, en Nueva Rinconada, porque era un espacio pequeño y estaba embarazada. La luz que tengo es solo para alumbrar, porque solo tengo licuadora, no tengo refrigerador. Me viene un consumo de 20 a 25 soles con alumbrado público incluido, pero si no fuera así solo pagaría 12 soles".

NUEVO MILENIO

milagros chumpitaz, vecina de nuevo milenio.

No es muy diferente la situación en Nuevo Milenio. Aunque no está en la punta del cerro como Vista Hermosa, y algunas de sus casas están hechas de concreto, no tienen la luz al 100%. Sara Torres, exdirigente de El Trébol, contó que en Nuevo Milenio "hay luz hasta las 10 de la noche, gracias a un decreto de Alan García que ordenaba ponerla. Otros pueblos también lo han hecho. Todo depende de las acciones de su respectivo dirigente, si se moviliza, busca y lo logra". "Igual es peligroso de noche", agrega.

Torres señala que antes, cuando "jalaban luz", amigos de lo ajeno les robaban los cables. "Cargaban su piedra, cortaban el cable con ella y se lo llevaban corriendo", contó. "En El Trébol la luz es provisional, todavía no hay alumbrado público, pero aquí en Nuevo Milenio ya tienen dos años con la luz definitiva", indicó.

Una de las vecinas de Nuevo Milenio, Milagros Chumpitaz, contó que antes de contar con la energía eléctrica, "la 'jalábamos' desde otras localidades ubicadas más abajo, y así teníamos luz". Sin embargo, "a veces llovía, y los cables se maltrataban, se quemaban, y no faltaba quien se los robe".

Mientras esto ocurre en lo alto de los cerros de Pamplona Alta, en San Juan de Miraflores, donde hay grandes carencias, en los edificios limeños donde se están reuniendo, por estos días, los ejecutivos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, hay luz y agua de sobra.