Era de esperarse. Luego de estar cerrada durante un mes (desde el 29 de junio), la Bolsa de Atenas reabrió hoy sus puertas y lo hizo con su mayor caída de la historia, más de 23%. Los bancos alcanzan el límite diario de pérdidas: 30%.

Las restricciones impuestas a los inversionistas nacionales no evitaron este desplome griego. Y las inversiones se retiran del país. Según las nuevas reglas económicas, los extranjeros pueden emitir órdenes de compra y de venta sin ningún límite. En tanto que los nacionales tienen derecho sólo a comprar acciones con dinero transferido de cuentas bancarias desde el extranjero o de reservas en efectivo, pero no podrán recurrir a sus depósitos bancarios.

Esto se produce en medio de la incertidumbre económica que genera el nuevo plan de rescate acordado con Grecia, y que incluye medidas de ajuste más severas incluso que las barajadas en el momento del cierre de la Bolsa de Atenas.