Parece que será la tendencia. Durante los últimos años, algunas de las mayores fortunas del planeta ligadas al sector tecnología han tomado conciencia de la importancia de la sostenibilidad y la eficiencia energéticas, y como consecuencia de ello invierten una pequeña parte de sus abultadas ganancias en proyectos que utilizan fuentes renovables.

La preocupación de Bill Gates, fundador de Microsoft, por frenar los efectos del cambio climático y su interés en fomentar el desarrollo y la innovación, han determinado que duplique su inversión en energías renovables durante los próximos cinco años. El empresario ha anunciado recientemente que invertirá unos 2,000 millones de euros en compañías especializadas en el ámbito de la energía, bien de forma directa o mediante firmas de capital riesgo, relacionadas con el almacenamiento de energía, la captura de CO2, redes de distribución y transporte, etc.

Algunas de sus inversiones anteriores han culminado en proyectos como un programa piloto para usar biogás en un pequeño centro de datos en Wyoming, otro para integrar las pilas de combustible en el servidor de otro de sus centros de datos, además de para investigar el desarrollo de las pilas de combustible. Gates también ha firmado un Acuerdo de Compra de Energía -Power Purchase Agreement, PPA, por sus siglas en inglés- con RESAmericas para comprar toda la energía eólica del proyecto Keechi, un parque eólico de 110 megavatios de potencia ubicado en Texas, que suministrará energía al centro de datos de San Antonio.

Como se recuerda, hace tres años, Microsoft puso en marcha un modelo de huella de carbón a nivel interno para sus diferentes grupos de negocio con el objetivo de reducir y compensar las emisiones de carbón. Con los fondos obtenidos, la empresa ha comprado más de 10.000 millones de kilovatios hora de energía verde, ha reducido sus emisiones en 7,5 millones de toneladas equivalentes de CO2, y ha ahorrado más de 10 millones de dólares al año.

¡Renovable total!

Si bien la mayoría de empresas tecnológicas ha anunciado su compromiso de alimentar sus operaciones con energía totalmente renovable, de momento sólo una de ellas lo ha plasmado: Apple.

Desde el año pasado, esta compañía logró que todas sus oficinas, centros de datos y tiendas en Estados Unidos funcionen con renovables; también lo hacen 87 de sus instalaciones mundiales. La compañía encabeza el último Índice de Energías Limpias elaborado por Greenpeace. Su objetivo más inmediato es conseguir que los más de 450 Apple Store que tiene repartidos por todo el mundo también se alimenten con renovables.

Los centros de datos de la firma que dirige Tim Cook utilizan distintos tipos de fuentes renovables. Concretamente los centros de Maiden, en Carolina del Norte, y Reno, en Nevada, se abastecen de energía solar gracias a tres plantas de 20 megavatios de potencia cada una, aunque el centro de Maiden también utiliza pilas de combustible y en el de Reno compran energía geotérmica cuando la necesitan. En 2016, también estará operativo el nuevo centro de datos de Mesa, en Arizona, que generará hasta 70 megavatios a partir de la energía del sol.

Pero los proyectos continúan. El gigante de la manzana se ha asociado con First Solar para poner en marcha un proyecto solar en el condado de Monterrey, California. Cuando esta instalación de 1,200 hectáreas empiece a operar en el 2016 generará 130 megavatios, que cubrirán todo el consumo del Campus 2 de Apple, de las oficinas de California, de las 52 tiendas que tiene en ese Estado y de su centro de datos en Newark.

Fuera de Estados Unidos, Apple también colabora con SunPower, Tianjin Zhonghuan Semiconductor y otras empresas para impulsar un macroproyecto de energía solar en la provincia china de Sichuan. Generará 80 millones de kilovatios hora al año, más de lo que consumen todas las oficinas y tiendas que tiene en ese país.

La energía eólica también es otra de las tecnologías usadas en sus centros de datos (Prineville, en Oregón y Newark, en California), y anuncia más planes para los siguientes años.  

¿Qué otras grandes empresas tecnológicas les seguirán el paso?


(Foto: Forbes.com)